Última actualización 2 octubre, 2014 por Alberto Llopis
Ni es el primer ni el último caso de un futbolista de élite que en su madurez se encuentra en la ruina y tiene que bajar al mundo donde viven el resto de los humanos para ganarse el pan de cada día. Andreas Brehme, aquel lateral zurdo que le pegaba de maravilla con ambas piernas y que marcó el penalti que le dio a Alemania, el Mundial de Italia 1990 tras ganar con su gol a Argentina en la final, se encuentra en bancarrota.
Así lo cuenta el períodico alemán Deutsche Welle. A sus 53 años, la estrella que lucía como futbolista hace tiempo que se apagó. El alemán, que llegó a tener un paso por el Real Zaragoza, se convirtió en un ídolo hace más de dos decadas en unos tiempos que quedan lejos, demasiado. Según parece, no registra ningún ingreso fijo desde 2006 y mantiene una deuda que le va a hacer perder su casa.
Gente como el Káiser ha pedido ayuda para evitar este tipo de casos. El tema es que desde que se hizo pública la noticia ya le ha surgido una oferta de trabajo. Oliver Straube presidente de una de firma de servicios de limpieza de canalizaciones le ha ofrecido limpiar baños.
«Estamos dispuestos a emplear a Brehme en nuestra empresa de limpieza de canalizaciones, podría hacer los aseos e inodoros, así sabra lo que es trabajar de verdad y ver como es la vida real. Esto le ayudará a mejorar su imagen. Eso si es ayudar a Brehme», afirmó Straube. Podríamos decir que es increíble pero como dijimos al inicio del artículo ni es el primer caso ni será el último de un futbolista que ha quedado perdido tras colgar las botas.