Última actualización 5 abril, 2024 por Alberto Llopis
Dice un estudio que el 50% de los jugadores profesionales acaban arruinados pero algunos acaban incluso peor. Casos así a bote pronto como el de Gascoine, quien no hace mucho veíamos en la decadencia más absoluta o de todo un campeón del mundo como Andreas Brehme quien acabó con una oferta para limpiar baños, nos llevan a pensar que a veces cuando el balón deja de rodar, el brillo desaparece. El último caso que nos llega es el de todo un campeón de Europa en 1992, Lars Elstrup, quien pasó de los terrenos de juego a saltar desnudo a ellos.
Jugaban el FC Randers y el Silkeborg IF cuando de repente un espontaneo completamente desnudo saltaba al campo para realizar diversas piruetas. No se trataba de otro que de Lars Elstrup, antes futbolista profesional y seleccionado de la Dinamarca que ganó la Eurocopa de 1992 tras llegar como invitada. Hagamos un poco más de memoria, el propio Elstrup tocó el cielo del éxito cuando en aquel torneo anotó el penalti decisivo ante Holanda que le dio el pase a la final a aquella mítica selección danesa.
Lo peor llegó tiempo después. Tras el fútbol vinieron problemas serios: intentos de suicidio, depresiones, encarcelamientos y sectas. Un cóctel demasiado peligroso y explosivo. Su actuación en el Randers y el Silkeborg no hizo otra cosa que confirmar cuanto perdió el horizonte el ex jugador danés. Saltó al terreno de juego, hizo el pino e incluso se permitió el lujo de sentarse a hacer yoga. Cuando se descubrió su identidad, la pena invadió a los que le recordaban sobre el verde, vestido y participando en el juego.