El día que nunca se deseo que llegara

Queridos colgados:

Esta pasada madrugada hemos vivido una noche aciaga para el fútbol español. Nuestra selección ha sufrido la mayor derrota de la era de Vicente del Bosque. Todo el mundo era consciente que algún día esto podía suceder y donde mejor que en la catedral del fútbol mundial, en el estadio de Maracaná, donde la selección anfitriona desplegó la mejor estrategia para desarbolar a la actual mejor selección del Mundo.

No cabe duda que ha habido reproches hacia los jugadores y el seleccionador por uno de los encuentros más bajos de nivel en una final oficial.En principio no voy a ahondar en las heridas del derrotado porque eso sería injusto después de ser los vigentes campeones de Europa y del mundo y hasta ahí no se
llega por suerte. Está claro que el nivel táctico y técnico es de lo mejor que se ha visto.

Ya son cinco años en los que “La Roja” domina el fútbol mundial y es el enemigo a batir para cualquier selección de las consideradas fuertes en el espectro futbolístico. No se puede poner ninguna excusa ni objeción a la victoria de la Canarinha, pero es cierto que los jugadores habituales de la selección han llegado con muchos minutos y competiciones durante todo el año en su haber, y las condiciones físicas se quiera o no, han condicionado en parte esta competición. Tampoco podemos olvidar el infierno vivido desde la gradas partido tras partido.

En el debe de la selección no se puede obviar el nefasto planteamiento de Del Bosque ante el de Scolari. No quiero ser oportunista pero la alineación de Arbeloa ante un Neymar impresionante le costó el cambio al defensa español en la primera parte. Fernando Torres estuvo desdibujado en la delantera, a Iker Casillas se le notaban sus cinco meses sin competir. Jordi Alba estuvo más preocupado de atacar que de defender y Juan Mata estuvo prácticamente desaparecido salvo en la asistencia a Pedro.

Iniesta y Xabi fueron asfixiados y cosidos a faltas con el permiso del árbitro holandés Kuipers. Pero esto no son escusas, la victoria de Brasil ante España fue inapelable. No me quiero extender más en mi comentario, pero dentro de un año aproximadamente, la selección quizás tendrá la oportunidad de encontrarse de nuevo con su verdugo y será el momento de la revancha, pero ahora quizás toca un pequeño cambio generacional donde por suerte los de atrás vienen con fuerza, talento y títulos.

Sergio Barrés

Sergio Barrés

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