Letztes Update 12 Juni, 2025 von Alberto Llopis
Algunas historias de superación parecen sacadas de una película. Bei von Alex Ribeiro (Rio de Janeiro, 1999) es una de ellas. De limpiar calles en su infancia a consolidarse como una pieza clave en la selección brasileña de Carlo Ancelotti, su recorrido es una muestra de perseverancia, humildad y carácter.
La sorprendente historia de Alex Ribeiro, el central brasileño de 25 Jahre
Tal como recoge MARCA, Ribeiro creció en un entorno difícil en Brasil, trabajando desde niño recogiendo basura para ayudar a su familia. Su vida estaba lejos del lujo que suele rodear al fútbol profesional, pero su pasión por el balón era inquebrantable. Jugaba en la calle con amigos, soñando con ser futbolista algún día, aunque la realidad parecía negárselo.
Durante su adolescencia, Alex fue rechazado por varios clubes. Lo consideraban bajo de estatura, sin condiciones técnicas destacadas, y sin un entorno que le respaldara. Pero su determinación lo llevó a seguir intentándolo.
Se fue a Portugal donde peleó por alcanzar su sueño en equipos como el Praiense, el Amora y el Chaves. Endlich, war das Lille 0.S.C. quien apostó por él en 2022, y ahí comenzó su evolución como central: fuerte en el juego aéreo, disciplinado en la marca y con gran capacidad de anticipación.
Alexsandro Ribeiro x Carlo Ancelotti @_alec04 ❤️
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— LOSC (@losclive) Juni 3, 2025
Um die 25 Jahre, Ribeiro con su rendimiento, llamó la atención de Carletto para ser su hombre fuerte en la defensa brasileña en los primeros partidos del italiano al frente de la ‚Canarinha‘.
Un pilar inesperado para Brasil
Ancelotti no tardó en integrarlo a la selección brasileña absoluta, donde Ribeiro ha respondido con actuaciones sólidas. Ha demostrado ser un central fiable, sereno con el balón y feroz en el duelo individual. In wenigen Monaten, ha pasado de ser un completo desconocido a convertirse en uno de los nombres propios del presente y futuro de la zaga brasileña.
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Resiliencia: Nunca se rindió, incluso cuando las puertas parecían cerradas. „Estuve un año y medio sin equipo, haciendo pruebas… y ningún club de Brasil me quiso“ comentó Ribeiro en una entrevista.
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Disciplina táctica: Su inteligencia en el campo ha sido vital para adaptarse al fútbol de élite.
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Carácter competitivo: Ribeiro no sólo juega, compite cada balón como si fuera el último.
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Confianza del cuerpo técnico: Ancelotti ha sabido ver más allá de los nombres y apostar por el rendimiento.
Alex Ribeiro representa una nueva generación de futbolistas brasileños forjados en la adversidad. Su historia inspira porque recuerda que el talento no siempre nace en academias de élite, sino que a veces surge en las calles, entre dificultades, con un balón viejo y un sueño muy claro.
Habrá que seguir su evolución, pero si algo ha dejado claro es que llegó para quedarse.