Última actualización 6 abril, 2024 por Alberto Llopis
Una vez más, durante toda la semana hemos vivido el horrendo a lo que los medios de comunicación pueden llegar a ser ante un simple partido de fútbol de una liga fútbol, transformada en mediocre por los mismos comunicadores. Hoy quiero ser crítico y traeré un monotema recurrente desde hace unos cuantos años. La erupción en el deporte del balón pie de unos señores capitalistas sin escrúpulos, que lo que están aportando a este deporte es adulterar la antítesis de lo que un deporte pretende, lucha, compañerismo, competición, diversión, entretenimiento, juego limpio, reglas, etc.
Ayer por la tarde noche, los que pudieron ver en sus casas sentados frente a la televisión (de pago) y los que tuvieron la gran suerte de presenciar en vivo el encuentro de la octava jornada de la Liga BBVA entre el Levante UD y el Real Madrid, pudieron darse cuenta de lo errático que puede llegar a ser. Confundir a un conjunto de jugadores de fútbol que forman un equipo a base de millones de euros y otro , donde como en cualquier empresa, su salario máximo está condicionado por una convenio. Sobre el terreno, un equipo potente con capacidad de destrozar, capaz de amedrentar con su sola presencia al que se ponga por el medio; en definitiva una equipo de otra galaxia. En el otro lado, un equipo muy modesto, con la finalidad que no lo destrocen, mantener su orgullo y que no lo amedrenten, en definitiva un equipo terrenal.
Todo lo que ayer se vio en un campo de fútbol, es el mal que está adoleciendo a nuestro deporte rey; sin embargo, al mismo tiempo se pudo asistir a la grandeza de este deporte. Unos jugadores sin nombre mediático y unos canteranos mezclados entre los mas grandes y mejor pagados destacaron unos sobre los otros, demostrando que como bien dice una de las frases “ Lo que tiene precio, poco vale”. Esta misma semana aparecía un artículo que por su interés bien viene recordar: https://colgadosporelfutbol.com/real-madrid-filosofia-equivocada/ el fútbol no puede convertiré en un “merchandising” puro y duro.
Del encuentro de ayer, transcurridas unas horas y en la reflexión del enfriamiento, solo queda en las retinas una “victoria amarga “ y una “derrota dulce”; según para quien le toque. Los asistentes de una y otra parte, se fueron todos con un sabor amargo; a pesar que en los primeros momentos la ilusión y la alegría de ganar fue inmensa. Los aficionados del todo poderoso no se sienten felices, son muchos resultados favorables en el último minuto y eso empieza a alterar los ánimos de una afición cansada de ver como su equipo es un grupo de millonarios en lo que más interesa es la venta de una camiseta y de un spot de calzoncillos.
Parece que los directivos de los clubs potentes, el fútbol es lo de menos porque al fin y al cabo siempre se estará arriba en la clasificación. Impresentable la competición, donde un club de fútbol que en el último lustro ha recibido mas de 600 millones de euros por los derechos de televisión, frente a un equipo que milita en la misma categoría cuya plantilla se ha confeccionado con solamente 0,20 millones de euros. Con mi humilde opinión nadie pudo irse contento del Ciutat de Valencia.