Última actualización 12 mayo, 2018 por Alberto Llopis
El Hamburgo descendió a la Segunda División alemana y el mítico reloj que presidía su estadio contando los años que llevaban en la élite sin bajar desde la creación de la Bundesliga se paró en 54 años, 260 días, 22 horas, 28 minutos y 21 segundos. Y pese a que el descenso era casi un hecho y era una cosa que se veía venir y con la que ya habían coqueteado en más de una ocasión, como siempre, hubo que destacar lo que tan poco nos gusta en el fútbol.
La afición del Volksparkstadion apoyó a sus jugadores hasta que el milagro no era ya posible. El Hamburgo dependía de una derrota del Wolfsburgo, cosa que no se produjo certificando así un descenso producido tras 3 salvaciones milagrosas en los últimos años. A partir de ahí tomaron protagonista los siempre temidos ultras. Cabreados, impotentes y rabiosos con la situación llenaron de bengalas y botes de humo el área obligando al parón del partido en el descuento.
La policía acordonó todo el césped. Felix Brych, colegiado del encuentro lo paró durante 17 minutos, alargando aún más la agonía de un histórico. Una manera muy triste de acabar 55 años seguidos en la Bundesliga. Los jugadores no pudieron contener las lagrimas pero ya no había nada más que hacer. Se acabó, ahora tendrán que pelear por volver a la élite alemana y volver a poner un reloj en marcha que tras casi 55 años se volvió a poner en cero.
El momento triste del día: El reloj del Hamburgo (que contaba su tiempo en la Bundesliga) queda en 0 después de 54 años.
Cae el único equipo presente en todas las temporadas de la primera división alemana pic.twitter.com/QJQJ1QU1a0— Rafael Rivera (@RafaDato2) 12 de mayo de 2018