Última actualización 6 marzo, 2013 por Julio Muñoz
El Real Madrid se ha clasificado para cuartos de final de la Champions League después de vencer al Manchester United en Old Trafford (1-2), en un partido marcado por un robo arbitral. El colegiado turco Cuneyt Cakir expulsó de manera rigurosa a Nani en la segunda parte cuando los locales estaban por delante en el marcador y dominaban el partido, algo que aprovecharon los de Mourinho para darle la vuelta al marcador.
Esa jugada desniveló una eliminatoria que el Manchester tenía totalmente controlada hasta entonces. El Madrid nunca pudo con su rival hasta que el colegiado tomó una decisión que le permitiría asaltar Old Trafford. Ramos adelantó a los locales con un gol en propia portería, y Modric y Cristiano voltearon el resultado, con el Madrid ya en superioridad.
El Manchester United salió con las ideas mucho más claras. Defender con orden y salir con velocidad. El Madrid probó su propia medicina y durante muchos minutos se estrelló contra un muro plantado en la frontal del área de De Gea.
A los ingleses les bastaba con un pelotazo para crear peligro. Ferguson dejó sorprendentemente a Rooney en el banquillo y situó a Welbeck presionando de manera constante a Alonso, el constructor de juego del blanco.
La conexión Ozil-Higuaín creó la primera jugada de peligro del partido. El alemán oteó el horizonte y vio al argentino fajándose con Ferdinand. Su pase lo cazó el ‘Pipita’, que chutó por encima de la portería de De Gea.
La velocidad de Welbeck equilibró el miedo inicial en ambos equipos. Dos cabalgadas suyas dieron aire a los de Ferguson, más preocupados por su portería que por la de Diego López en el inicio. Sin embargo, con el paso de los minutos los locales se hicieron con el mando del encuentro pese a no tener la posesión.
Además, cada córner era un suplicio para los de Mourinho. Cada jugada a balón parado suponía una tensión extra para Diego López. En uno de ellos Vidic remató al palo en otro Diego López hizo penalti al propio serbio al golpearle con los puños en la cara.
El Madrid estaba obligado a marcar, por eso Ferguson minimizó sus opciones de contragolpe, el arma que más les gusta utilizar. Con el balón los blancos no se entendían y eran incapaces de crear peligro en ataque en estático. Cristiano no tenía espacios, Alonso no era capaz de imponerse en el medio y Ozil no aparecía para encontrar huecos. Sin embargo, a la media hora el Madrid encontró su mejor ocasión en la primera parte. Di María buscó a Higuaín, que le ganó la espalda a Ferdinand , pero no pudo con De Gea en el mano a mano.
A los puntos era mejor el Manchester, más incisivo y atrevido. El Madrid, sin embargo tenía un buen poso. Nunca se descompuso ni perdió la intensidad. Varane sostenía a su equipo atrás a la espera de un gol que alumbrase la eliminatoria.
Welbeck tendría la mejor ocasión de la primera parte. Van Persie chutó desde la frontal con potencia, Diego López despejó y el balón cayó en los pies de Welbeck, pero su tiro lo desvió de nuevo el cancerbero blanco.