Última actualización 29 mayo, 2014 por Julio Muñoz
Colgados por el Fútbol viaja al corazón de Europa para hablar del estadio Rey Balduino, o lo que es lo mismo, el antiguo Heysel de Bruselas. Un recinto recordado por la gran tragedia del 29 de mayo de 1985, pero que ha vivido muchas más historias de gran interés a lo lancho de su larga vida.
Y es que el estadio belga es un viejo coliseo cuya inauguración data del lejano 1930 con la celebración de los mundiales de ciclismo en pista. El deseo de realizar un gran estadio que diera la bienvenida a la Exposición Universal de Bruselas de 1935 propició la construcción de uno de los estadios emblema del viejo continente. Su ubicación, a escasos 300 metros del Atomium le sitúan en un lugar privilegiado.
Sede de la selección belga de fútbol, suele albergar todos los años la final de la Copa belga y el memorial Van Damme de atletismo que reúne a los mejores atletas del momento. Acontecimientos importantes pero no nuevos para un estadio que desde muy pronto estuvo acostumbrado a recibir los mejores eventos.
No en vano ha sido cuatro veces sede de la final de la Copa de Europa. La primera de ellas en 1958, cuando el Madrid de Gento, Di Stefano y Kopa se imponía por 3-2 al AC Milan de Schiaffino y Cesare Maldini en la tercera edición de la máxima competición continental.
Años después en 1966, de nuevo los blancos se alzaban con su sexta Copa de Europa la vencer al Partizan por 1-2 gracias a los goles de Amancio Amaro y Serena. Su buena ubicación le haría repetir en 1975, esta vez por partida doble. Tras un empate a 1 entre el Atlético de Aragonés y el Bayern de Beckenbauer, hubo de disputarse un duelo de desempate que acabaría dándole una nueva Copa de Europa a los germanos en un partido memorable del Torpedo Müller.
Nueve años después, Heysel viviría su momento cumbre, el del infausto recuerdo. La Juventus de Platini ganaba al Liverpool con un gol del astro francés. Sin embargo, el encuentro iba a pasar a la historia por los acontecimientos previos al partido.
En plena rivalidad entre el fútbol italiano e ingles ( un año antes los «reds» habían derrotado a la Roma), 25.000 espectadores de cada bando acudieron a un estadio con capacidad para 60.000 plazas. Las 10.000 localidades restantes que fueron entregadas al público belga fueron recompradas por aficionados de ambos conjuntos lo que propició una terrible conexión que acabó con los «hooligans» ingleses lanzando objetos y abalanzándose sobre los italianos.
Estos no pudieron impedir verse empotrados con las vallas fijas y sin salida de emergencia y no lograron evitar una tragedia que se cobró 39 muertos ( 34 italianos, 4 belgas, 2 franceses y un británico) y más de 600 heridos.
A pesar de todo, el partido en un acto muy poco sensible por la UEFA acabó disputándose con victoria italiana, pero provocó una fuerte sanción a los equipos ingleses y una reforma sustancial en el estadio.
Un recinto que volvería a abrir sus puertas en 1995 bajo el nombre de Rey Balduino, en homenaje al monarca belga muerto dos años antes. Un estadio completamente nuevo, con su pista de atletismo y con una capacidad para 60.000 espectadores, todos ellos sentados y con enormes medidas de seguridad y de control.
Bajo su nueva denominación, el coliseo fue testigo de la inauguración de la Eurocopa 2000 entre Suecia y Belgica y el partido de semifinales entre Francia y Portugal que acabaría con victoria gala. Sería la segunda Euro que viviría el estadio tras ver coronar en 1972 a la gran Alemania de los 70 frente a la URSS.
Otros hechos destacables
Junto a todos estos eventos, Heysel también albergó cuatro finales de la Recopa de Europa, destacando sobre manera la vivida en 1980 ( victoria del Valencia de Kempes en los penalits frente al Arsenal).
Además, ha permitido ver detalles de grandes jugadores y golazos como el marcado por el español Andrés Iniesta en un partido de fase de clasificación para el Mundial 2010 en un preludio de lo que el centrocampista haría en la final de Sudáfrica.
También, ha acogido conciertos de las mejores bandas de música del mundo, en especial, de U2, que llegó a congregar a 144.000 personas. Heysel, sobran las palabras.