Última actualización 17 febrero, 2018 por Alberto Llopis
Ocurrió en el fútbol argentino a finales del siglo pasado, en concreto el 31 de octubre de 1999 durante el partido entre Huracán y Banfield de la Primera B Nacional. El por entonces futbolista de Huracán, Diego Graieb, protagonizó un susto que todos los presentes en el estadio aún recordarán. Tras un choque de cabezas con otro futbolista, sufrió un traumatismo y cayó al suelo de manera tan violenta que sufrió un paro cardiorrespiratorio que lo dejó muerto por unos minutos. Ahora, el ex jugador metido a político, afirma que vio a Dios.
A los espectadores del estadio les invadió el pánico y la desesperación, hasta tal punto que la gente quería saltar al campo porque no llegaba la ambulancia. Finalmente, el médico Edgardo Locaso logró salvarlo haciéndole el boca a boca. Rodolfo Graieb, hermano de Diego, y compañero de equipo gritaba: «¡Diego no te vayas, no me abandones, quedate con nosotros». Y en ese momento tan crítico, Diego hasta ese momento poco creyente, confesó haber tenido una experiencia religiosa viendo al mismo Dios.
«Yo vi un camino lleno de flores y, al final del túnel, alguien que me llamaba. Era Rodolfo (su hermano) y yo me volví. Cuando desperté, mi hermano estaba a mi lado. Estuve muerto algunos minutos y me salvaron entre el doctor Locaso y la Virgen María» afirmó el ex futbolista en declaraciones al medio argentino ‘Clarin’.
«Dos días antes del accidente, tuve un sueño en el que apareció la Virgen María. Me mostraba la Iglesia de San Nicolás, y allí estaba parada ella escribiendo en un manto blanco y en otro idioma, que puede ser latín. Me desperté sobresaltado y se lo conté a mi esposa. Soy católico, pero como cualquier cristiano. Y voy poco a la iglesia. Los llamados de mi hermano fueron de verdad, pero yo no estaba muy convencido de los llamados de la Virgen. Hasta que mi suegra me pidió que la acompañara a Salta, donde la señora María Livia les dice a todos que habla con la Virgen. Y fui a los Tres Cerritos. Maria Livia pasó por la multitud y me tocó la cabeza. Mucha gente se cae cuando pasa eso. Me tocó el turno a mí y le dije: ‘Hola María Livia’. Ella me responde ‘Yo sé quién sos’. Quedé shockeado porque la que me hablaba era la Virgen» contó siempre en declaraciones a ‘Clarin’.
Diego ahora es concejal en su ciudad natal y su hermano, que llegó a ser campeón del fútbol argentino, tiene una escuela de fútbol. Estuvo a punto de perder la vida sobre el césped pero esa experiencia cambió su vida y su forma de ver la misma para siempre, y lo acercó a una fe religiosa. Sin duda, un cambio radical en la manera de ver el mundo.
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