Última actualización 5 abril, 2024 por Alberto Llopis
El Real Madrid vivía tiempos convulsos, no acababan de salir del todo bien las cosas. Ramón Calderón llegó a la presidencia y, junto a Pedja Mijatovic, inició un nuevo proyecto deportivo que puso su punto de mira en jóvenes talentos. Aquel año 2006, a la entidad blanca llegaron 3 futbolistas desconocidos para muchos, pero con un futuro prometedor. Hablamos de Higuaín, Gago y Marcelo.
Estos jugadores llegaron de urgencia en el mercado invernal, con la necesidad de paliar los malos momentos del equipo. El desembolso económico fue importante: 12 millones de por Higuaín, 20,4 por Gago y otros 7 por Marcelo. Muchos criticaron esta decisión, pero otros la avalaron. Se incorporaban un lateral, un centrocampista y un delantero, savia nueva con ganas de triunfar.
Fernando Gago, comparado con hombres como Redondo o Valdano, vistió la elástica merengue durante 5 temporadas, disputando un total de 121 partidos en los que anotó un gol y propició 21 asistencias. Su rendimiento no fue, ni mucho menos el esperado, y en 2011 vio finalizado su periplo en el Bernabéu. Su compatriota, Higuaín, llamado a ser el gran delantero argentino del futuro, tuvo una contribución mayor. Llegó a disputar 264 encuentros en los que vio portería en 121 ocasiones. Buenos números sin duda, pero el “Pipa” siempre estuvo cuestionado, no acabó de ganarse la confianza de todo el madridismo y en el año 2013 abandonó la entidad.
Pero no todo iba a ser malas noticias. Marcelo sí cumplió las expectativas generadas en torno a él. Se asentó en el once inicial desde prácticamente un principio. A día de hoy, 10 años más tarde y con más de 380 partidos a sus espaldas, sigue estando ahí, indiscutible en el campo y líder del vestuario. No han importado los cambios en el banquillo ni en el palco. El lateral brasileño se ha mostrado intachable y persistente al paso del tiempo. Ya no lo imaginamos con otro escudo que no sea el del Real Madrid, ni él tampoco.
Se puede decir, alto y claro, que Marcelo es el único superviviente de aquel trío esperanzador.