Última actualización 28 octubre, 2013 por Julio Muñoz
El fin de semana en Alemania nos ha traído las victorias del Bayern de Múnich y el Borussia Dortmund es su pulso jornada tras jornada por el liderato de la Bundesliga. Sin embargo, en el fervor de la batalla ha habido espacio para que un hombre se convirtiera en protagonista, en triste protagonista: Oliver Baumann. Un joven portero de 23 años con mucho futuro e internacional sub 21 con Alemania que, ha tenido realmente un fin de semana aciago.
Y es que pocas veces, un hombre puede llegar a fallar tanto como él en tan corto espacio. Su equipo el Friburgo perdió 0-3 ante el Hamburgo y esta vez si se puede decir que hubo un culpable, un principal culpable: él. Porque en los tres goles pudo haber hecho más, mucho más. El 0-1 fue de lo más extraño que se ha visto en un campo de fútbol en muchos años. Un envío largo mal medido le sobrepasó para incredulidad de su propio público (encima jugaba en casa) e hizo que Belster marcara a puerta vacía tras aprovechar el sí la lectura correcta del bote de la pelota.
Si el primer gol fue extraño, el segundo ya fue digno de una comedía o de una película de terror si Baumann es compañero de equipo. Otro balón largo, otra mal medición, la duda de si dar a un patadón o esperar a que la pelota llegue al área y la coja con la mano. Y claro, cuando se duda, ni una cosa ni otra. Resultado, Lassoga, a puerta vacía hacía otra vez gol.
Para rematar la fiesta, este prometedor portero (parece en tono jocoso pero realmente lo es) hizo la tercera y última faena de la tarde. Un lanzamiento de fuera del área era mal blocado dejando en bandeja a Van der Vaart el 0-3 que de nuevo tan sólo tuvo que empujar el balón sin el más mínimo esfuerzo.
Demasiado para Baumann que por fin tuvo la suerte de que el partido acabó y la pesadilla terminó. Ante tal actuación sólo cabe pensar en positivo. Más vale tres fallos en un partido, que un fallo durante tres partidos. Ya saben, el que no se consuela es porque no quiere.