Última actualización 31 marzo, 2014 por Julio Muñoz
Jugar en casa un Mundial suele ser sinónimo de éxito. No siempre, pero casi siempre. Eso es lo que se extrae de las 19 ediciones hasta entonces disputadas de la Copa del Mundo. El público, la presión a la que se somete al árbitro y un sinfín de factores hacen que jugar en casa sea generalmente un plus que ayuda a ganar partidos y torneos.
De las 19 ediciones disputadas ahora en los 83 años de vida del Mundial, en seis el campeón fue el conjunto o selección local. Uruguay, Italia, Inglaterra, Alemania, Francia y Argentina aprovecharon alguna vez el factor local para imponer su superioridad. En algunas ocasiones, incluso protagonizando flagrantes escándalos arbitrales.
Un dato revelador que es complementado por otros más abrumadores. Sólo Sudáfrica cayó en una primera fase en todas las ediciones disputadas ejerciendo de anfitrión y en 11 de las 19 ediciones el combinado local se plantó entre los cuatro primeros. Incluso selecciones de escaso bagaje futbolístico como Estados Unidos o Japón dieron que hablar como locales accediendo a la segunda ronda. Sólo España en 1982 dio un tono muy por debajo de lo esperado a tenor de su potencial.
Para la FIFA que el anfitrión llegue lejos es importante. Otorga indudablemente más beneficios al torneo, el público se vuelca más y el espectáculo está asegurado. La próxima edición como todo el mundo sabe se disputará en Brasil, como en 1950. En aquella ocasión, la canarinha llegó a la final, pero cayó de forma inesperada ante Uruguay haciendo de Maracaná y de la condición local un hándicap.
En 2014 tienen una buena forma de resarcirse. Las estadísticas están a su favor y la historia también. Sin embargo, 31 selecciones intentarán evitar la coronación de un campeón local en un continente donde curiosamente sólo han vencido sudamericanos desde que se disputa el Mundial.