Última actualización 6 abril, 2024 por Alberto Llopis
Ésta semana ha dado muchas noticias en el espectro futbolístico internacional. A las puertas del evento más importante, han tomado importancia las repescas o repechajes, como dicen nuestros amigos americanos, de las selecciones que no pudieron clasificarse directamente. Lo que realmente sorprende, han sido los emparejamientos de selecciones que por su relevancia, tanto en el aspecto deportivo como en el impacto social y de población, por lo que económicamente importa para la financiación y el desarrollo de la competición, la FIFA descaradamente ha tenido que meter la mano.
Los emparejamientos entre Mexico y Nueva Zelanda y Uruguay con Jordania, dejan patente esa manita de la FIFA . La lógica hubiera sido emparejamientos entre los dos americanos y otro entre los débiles jordanos y los amateurs neozelandeses pero, un México fuera del Mundial de Brasil hubiera tenido un impacto negativo de unos 50 millones de dólares y esto debe de haber pesado mucho para FIFA. Los resultados de los partidos de ida, con sendas goleadas de uruguayos y americanos a sus flojos rivales, no dejan de dar la sensación de ser una pantomima y un regalo de la FIFA. Así, el único representante oceánico será Australia y porque decidió encuadrarse en el grupo asiático, hartos de no poder conseguir una plaza directa debido al sistema del máximo organismo internacional que como siempre, representa a quien quiere. México estará en un Mundial con solo dos victorias en su fase de clasificación y tras entrar de rebote con un gol en el último minuto de EEUU. Blatter, perpetuado en el trono, como siempre de mal en peor.
Por otro lado, en Europa sí que estamos teniendo verdaderas luchas de titanés. Portugal contra Suecia o lo que las televisiones y prensa han vendido como Cristiano Ronaldo vs Zlatan Ibrahimovic. Dos jugadores potencialmente ganadores del Balón de Oro 2013 (otra pantomima más) junto con Messi y Ribéry. El primer asalto se lo llevó Cristiano con su gol y que deja a Portugal con una ventaja exigua.
La sorpresa ha saltado en el Ucrania-Francia donde con Benzema lesionado y Ribéry desaparecido, firmaron una noche aciaga para la selección gala, perdiendo por dos goles. Difícil papeleta para Didier Deschamps, el próximo martes el desenlace final que puede convertirse en una noche de terror como la vivida hace veinte años en el duelo que los galos perdieron por 1-2 contra Bulgaria y que los dejó fuera del Mundial de USA 94. En cuanto a las selecciones africanas, Nigeria y Costa de Marfil sellan su pase; sobre el terreno, selecciones muy competitivas que seguro harán un buen papel en Brasil 2014, pero como siempre arrastran la fama de tener mucho talento y fuerza física pero poco rigor táctico. La última plaza se la jugaran entre Camerún y Túnez.
En cuanto a nuestra selección, la mal llamada “La Roja”, nombre inventado por los amigos de Mediapro, mucho se ha hablado esta semana por el partido que se jugó ayer en Malabo, donde parte de la sociedad española no ha visto con buenos ojos esta participación por motivos obviamente políticos y humanitarios. Guinea Ecuatorial está regida por un dictador de medio pelo como así lo vivimos, sobretodo los que tenemos cierta edad, en España. En mi opinión, un cierto grado de peligrosidad hacia la integridad de los jugadores por parte de la población ecuato-guineana, esa turba desmadrada y sin control enfervorecida por la presencia de nuestros jugadores – los suyos también – es el toque negativo de esta presencia, si bien, la seguridad ha funcionado y por suerte al ser un amistoso no ha habido lesiones, a pesar que algunos jugadores guineanos se han empleado a fondo sin necesidad. Bueno, lo de guineanos por decir algo pues su selección está formada por doce españoles, tres colombianos, dos brasileños y otros tantos de otras partes de África que no habían estado en Guinea Ecuatorial ni de vacaciones.
No obstante, no debemos olvidar que Guinea Ecuatorial fue colonia y territorio nacional hasta el 12 de Octubre de 1968, fecha que obtuvo su independencia. Es el único territorio en el continente africano, donde el idioma oficial es el español, además muchos de los jugadores de su selección son nacidos en España y el único lazo con el país guineano hasta el momento eran sus padres o incluso abuelos. La política no debería mezclarse con el deporte, aunque sea inevitable en muchas ocasiones. El deporte debe ser símbolo de unión y distensión entre los países, si con ello logramos vencer y salvar los desencuentros que hayan podido existir desde su independencia de España con una población sujeta a un régimen dictatorial como hemos dicho antes, eso es lo que llevamos por delante. A mí personalmente me parece muy bien qué la selección haya jugado en Malabo, no veo ninguna razón para que su presencia haya servido para ensalzar la figura de un dictador. El Ministerio de Asuntos Exteriores, algo habrá tenido que ver, todo debe haber estado meditado y no sujeto al azar o quizás sólo ha mandado como siempre, la mayor de las políticas, el siempre poderoso Don dinero.
Parece ser que la LFP le están entrando las prisas en entrar en todos aquellos aspectos que hacen que el fútbol sea exclusivamente de los poderosos. Los que con dinero pueden optar a hacerse con nuevos jugadores talentos, a pesar que sus clubes de origen hayan sido los que hayan invertido en el desarrollo y la madurez de los futbolistas del futuro más inmediato. Una de las propuestas de la LFP es proteger las canteras de los “buitres”, jugadores con menos de 16 años que por su edad no pueden firmar contratos con sus clubes de origen y quedan a merced de los caza talentos. Esta iniciativa es una demanda de directores deportivos, para proteger y fomentar el fútbol base, puesto que con las circunstancias actuales muchos clubes optan por no invertir en estas categorías tan importantes. Difícil papeleta a la que se enfrenta Tebas y su directiva pero todas las iniciativas nuevas, como el mejor reparto de las televisiones y esta, serán siempre bienvenidas para los clubes más modestos. Aunque el señor Tebas desde su llegada sólo ha dado muestras de una preocupante chulería verbal y poca predisposición para cambiar lo que realmente afecta al fútbol español.