Última actualización 12 julio, 2024 por Alberto Llopis
La final de la Copa de Europa del 74, es uno de esos partidos que ha forjado la leyenda de ‘El Pupas’ del Atleti. El 15 de mayo de 1974 Atlético de Madrid y Bayern de Múnich jugaban en el antiguo Hesysel de Bruselas la final de la Copa de Europa. El todopoderoso Bayern de Múnich campeón de las últimas tres ligas alemanas se enfrentaba en su intento por conseguir la ansiada primera Copa de Europa al Atlético de Madrid, primerizo en estas lides. Luego vendrían otras derrotas en finales de la Champions ante su eterno rival, el Real Madrid.
La final de la Copa de Europa del 74: Un partido maldito para el Atlético
Tanto en uno como en otro conjuntos, nóminas de excelentes jugadores Maier, Beckenbauer, Müller, Uli Hoeness o Paul Breitner encabezaban un equipo teutón fuerte y compacto que debía de enfrentarse con otro no menos sólido pero lleno de imaginación con figuras de la talla de Luis Aragonés, Gárate, Jabo Irureta o Ufarte.
Ambos habían convencido en su trayectoria hasta la final, destacando en especial el Atlético de Madrid que con Miguel Reina y una excelente defensa habían conseguido acabar imbatidos en los cuartos de final ante el Estrella Roja y las semifinales ante un histórico como el Celtic de Glasgow. Un partido les separaba a ambos del sueño.
Parecía que sería el Atlético de Madrid a quien le sonreiría la suerte de levantar el gran título europeo, máximo cuando Luis Aragonés había anotado de falta a seis minutos del final de la prórroga (tras haber acabado el tiempo reglamentario en empate a 0) y ya no había tiempo para nada más. Por fin, un equipo español distinto del Real Madrid lograría coronarse campeón de Europa.
La historia de Miguel Reina ¿Mito o realidad?
Sin embargo, lo que parecía imposible fue posible. El Bayern, en la última jugada del partido, marcó con un extraordinario lanzamiento de fuera del área de Georg Schwarzenbeck que pilló desprevenido a Miguel Reina, padre del actual arquero del Nápoles. ¿Desprevenido?, porque y esa es una de las grandes leyendas urbanas que jamás se ha aclarado con precisión, el portero cordobés acababa de llegar a la portería segundos antes tras regalar sus guantes a un fotográfo del diario Marca, eufórico por el más que presumible triunfo de los españoles.
Es difícil saber si aquello pasó y si pasó se agrandó y magnificó más de la cuenta. Los personajes en cuestión ni lo confirman ni lo desmienten, pero lo que está claro es que en aquel fatídico minuto el Atlético perdió una final que dos días más tarde acabaría por entregar con un contundente derrota por 4-0 en el partido de desempate. En Colgados por el Fútbol, nos quedamos con aquella curiosa historia, ¿verdad o mentira? Eso, ya juzguen ustedes.