Última actualización 29 julio, 2014 por Alberto Llopis
La imagen de los jugadores del Racing de Santander plantados en el campo y negándose a jugar contra la Real Sociedad en la eliminatoria de la Copa del Rey que los enfrentaba a finales de enero de 2014 dio la vuelta al mundo. Un grupo de jugadores, que cambiaron la oportunidad deportiva de su carrera ante la negativa de su directiva a pagarles sus salarios atrasados durante muchos meses además de las nulas respuestas y soluciones recibidas a su situación. Un hecho, que despertó la admiración del mundo en general sobretodo por la cantidad de gente que por desgracia se encuentra en este país en una situación parecida y no tiene la oportunidad de dar un golpe encima de la mesa como así hicieron los jugadores del club cántabro.
Gracias a esto, no se tardó en producir una reacción y el club cambió por completo su estamento directivo. Pero este hecho, le costó al club una sanción económica y la exclusión durante un año de la Copa del Rey. El club por cierto, ascendió a final de temporada a Segunda División después de estar tan sólo una temporada en la división de bronce del fútbol español. Todo el tema de la sanción por parte de la RFEF se podría entender si no fuera por las distintas varas de medir según el nombre de los implicados. Como todo el mundo sabe, en el año 2000, el Barcelona se negó a jugar ante el Atlético de Madrid.
Los jugadores salieron al campo, se plantaron y se retiraron. El motivo alegado, falta de jugadores suficientes para disputar el partido debido a una plaga de lesiones y enfermedades. La sanción recibida por el club culé fue ninguna y al año siguiente disputaron la Copa de manera normal. Por cierto, los directivos de la RFEF eran los mismos en los dos casos, 2000 y 2014.
La segunda injusticia viene ahora. El club, debe afrontar una importante deuda con Hacienda que puede provocar que incluso desaparezcan en agosto y no podrían jugar en Segunda División. Está claro, que ante Hacienda somos todos iguales y tenemos que pagar las deudas pero eso es la teoría. Estamos cansados de ver como la gente poderosa hace lo que quiere sin ninguna sanción mientras que los pobres no podemos equivocarnos en ninguna coma.
En el fútbol pasa lo mismo, pero si Hacienda se niega a negociar el pago de la deuda con el Racing al igual que haría con un ciudadano normal, debería de hacer lo mismo con los grandes clubes que están ganando títulos y fichando jugadores por cientos de millones de euros. No daremos nombres pero los casos son conocidos por el gran público. Para ellos, al igual que para la gente poderosa, la barra es libre. This is Spain.