Última actualización 7 diciembre, 2017 por Alberto Llopis
Juanma Lillo abandona Atlético Nacional, uno de los gigantes del fútbol colombiano. Cierto es que su llegada apenas hace unos meses, nunca llegó a contentar a los hinchas del cuadro de Medellín. La salida de su antecesor, Reynaldo Rueda, que venía de ganar la última Copa Libertadores además de un Apertura, una Copa, una Recopa Sudamericana y una Superliga de Colombia, no ayudaba mucho a un Lillo que venía con un historial plagado de sin sabores.
Nada más anunciarse la contratación del español ya habían hinchas del club en contra de su llegada puesto que la gran mayoría de ellos pensaban que el sustituto de Rueda debía ser un técnico con un palmarés más exitoso, algo que para nada encajaba con el perfil de Lillo, un técnico considerado como un maestro de entrenadores pero que nunca consigue triunfar donde va. Multitud de hinchas pidieron su cese desde casi el primer día que llegó a Medellín.
La de Juanma Lillo es la segunda experiencia no muy productiva en Colombia. El de Tolosa ya dirigió entre 2013 y 2014 a otro grande del fútbol colombiano como Millonarios donde tampoco salió totalmente triunfal. Lillo empezó muy pronto en el mundo de los banquillos. Nacido el 3 de noviembre de 1965, con 30 años, consiguió el que fue su mayor éxito en un banquillo, el doble ascenso de categoría del Salamanca desde Segunda División B hasta la máxima categoría.
Gracias al prestigio adquirido en el Salamanca, fue fichado por el Real Oviedo donde debutó en Primera y fue cesado por primera vez. Pasó por el Tenerife donde en su segunda temporada también fue cesado. Tras casi dos años sin entrenar, en el 2000 fue fichado por el Real Zaragoza, que acabó echándole también por sus malos resultados. Era el tercer equipo en el que estaba tras su salida del Salamanca y los tres, lo habían echado. Su prestigio poco a poco se iba acabando.
Pasaron tres años más hasta que volvió a coger las riendas de otro equipo, esta vez de Segunda División. Cogió las riendas de un debutante Ciudad de Murcia que le acabó cesando al técnico. Juanma Lillo continuaba acumulando despidos, cuatro en sus últimos cuatro equipos. Su siguiente paso fue el Terrasa, también de Segunda por aquel entonces, donde acabó dimitiendo casi con el equipo descendido, antes de lo que lo echaran. Su credibilidad en un banquillo en esos momentos estaba resentida. Se fue a probar fortuna a México, donde fichó por los Dorados de Sinaloa. Allí, fichó a un Pep Guardiola cuya carrera como futbolista estaba prácticamente acabada y aún no se había convertido en el entrenador de éxito que luego sería.
Con polémica, su equipo acabó descendiendo. Tardó dos años en volver a firmar con un equipo y lo hizo por la Real Sociedad que en aquel momento, militaba en Segunda División. Aquí se produjo un hecho insólito en su carrera desde 1995, no fue cesado aunque en su segunda temporada, no fue renovado. Al menos no acumuló un descenso. Después pasó por el Almería, ya en Primera División de donde también fue cesado un 20 de noviembre de 2010. Su posterior recorrido en Millonarios donde no triunfó y como segundo de Sampaoli, lo ha mantenido en la élite los últimos años.
¿Cómo es Juanma Lillo como entrenador? Defensor del juego bonito, del fútbol de un modelo de juego de ataque posicional, llegó a estar en las quinielas del Barcelona (o eso quiso vender alguien) para ser el entrenador de los culés. Viendo su historial, plagado de fracasos, descensos, ceses y ausente de títulos, el asunto parecía cuanto menos un chiste. Todo un maestro de la retórica. Un entrenador bien considerado del cual incluso se llega a decir que fue el maestro de Guardiola. Sin embargo, en el fútbol profesional no ha conseguido todavía llegar al éxito.A ver si algún día vemos a ese Lillo que siempre se queda en insinuación.