Última actualización 28 abril, 2023 por Alberto Llopis
Aquella selección búlgara de los años 90 marcó una época. En el Mundial de USA 1994, alcanzó el cuarto puesto y fue una de las revelaciones del torneo. De la mano de Hristo Stoichkov, los Letchkov. Ivanov (QEPD), Kostadinov y compañía, pasaron a la historia. Pero antes de que esos locos búlgaros conquistaran USA 94, hicieron una machada muy grande también. Cargarse a Francia en su propio campo.
Aquella selección búlgara que eliminó a Francia
Bulgaria, se presentaba en un repleto Parque de los Príncipes en París con las credenciales no haber pasado nunca de unos octavos de final en un Mundial y no haber jugado nunca siquiera una fase final de Eurocopa. Todo parecía encaminado a que Francia certificara una nueva presencia mundialista tras el fiasco de Italia 90 pues un empate le valía frente a un combinado con apenas tradicional futbolística pero con muy buenos jugadores.
Más aún cuando en su once contaba con futbolistas de la talla de Petit, Desailly, Papin o Deschamps y cuando un crepuscular Cantona había adelantado a los de Gerard Houllier a la media hora. Sin embargo, un doblete de Emil Kostadinov propició lo que es uno de los más grandes borrones del fútbol galo.
Primero un cabezazo poco antes del descanso y luego una volea en el último minuto de juego sirvieron para clasificar a un equipo que contaba con jugadores como Hristo Stoichkov o Luboslav Penev en la punta de ataque y Letchkov, Balakov y Kostadinov en el medio del campo. Un equipo que dejó mudo a París y llorando a toda Francia, como bien se puede apreciar en el siguiente vídeo.
Un verdadero equipazo con imaginación, desparpajo, cierta dosis de anarquía tan propia de ese tipo de selecciones de Europa del Este y sobre todo mucho talento que emprendió un viaje (sin Penev al que un cáncer testicular le apartó de la posibilidad) a la época más brillante de su historia. Porque si el Parque de los Príncipes y Francia fue el inicio, Estados Unidos fue la culminación de un sueño.
Hizo historia en USA 94
Aquellos irreverentes búlgaros la liaron bien liada en tierras americanas. Tras ganar 2-0 a la Argentina de Maradona (que acabaría siendo sancionado) y clasificarse en un grupo donde estaban también Nigeria (contra la que perdió 3-0), Grecia (a la que ganaría 4-0), el cuadro búlgaro iba a derrotar a México en octavos en una dramática tanda de penaltis, y posteriormente acabar con Alemania, vigente campeona, con un majestuoso Stoichkov (2-1) y se plantaría en unas semifinales en la que sólo la Italia de Roberto Baggio podría pararla.
Un más que digno final para una selección que finalmente se desplomaría en la lucha por el tercer y cuarto puesto cayendo contra Suecia por un contundente 4-0, pero que dejaría una bocanada de aire fresco al fútbol mundial. Porque si algo demostró esa hazaña de este pequeño país de apenas siete millones de habitantes es que con talento se puede llegar a cualquier sitio. Y ellos, lo tenían, además, a raudales.
La alineación de aquel partido
Para los más nostálgicos, esta fue la alineación del famoso Francia-Bulgaria del 17 de noviembre de 1993:
Francia: Lama, Desailly, Roche, Blanc, Petit, Le Guen, Deschamps, Sauzée (Guérin, 81′), Pedros, Papin (Ginola, 69′), Cantona. Entr.: Houllier.
Bulgaria: Mikhailov, Kremenliev, Ivanov, Khubtchev, Tzvetanov (Aleksandrov, 82′), Yankov, Letchkov (Borimirov, 82′), Balakov, Kostadinov, L. Penev, Stoitchkov. Entr.: D. Penev.