Última actualización 13 diciembre, 2013 por Julio Muñoz
Juan Ferrando, entrenador del Sheriff Tiraspol ha sido el último. El último nombre en unirse a una serie de entrenadores a los que de nada le valen los resultados o el éxito para mantener su puesto. Este entrenador catalán de 32 años, joven pero sobradamente preparado, ha sido destituido de su puesto después de no clasificar por primera vez en la historia a su equipo para los dieciseisavos de final de la Europa League a este equipo moldavo, desconocido para el gran público pero potencia en su país.
De nada le ha servido su extraordinario conocimiento teórico del fútbol (licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte además de doctor en Ciencias del Deporte) o su genial aplicación de éste en la práctica llevando el curso pasada al Málaga juvenil a batir varios récords o a conseguir hacer la mejor temporada de su historia al Sheriff. Los directivos del club lo han destituido poniendo punto y final a un efímero paso de tres meses por el fútbol moldavo. Una circunstancia extraña que nos recuerda a otros casos de entrenadores que fueron despedidos en las mieles del éxito. Aquí algunos ejemplos:
Radomir Antic: posiblemente el caso más sonado. Ramón Mendoza echó del Real Madrid al técnico serbio tras proclamarse campeón de invierno de la campaña 1991-1992 con tres puntos de ventaja. El resultado no pudo ser peor. El cuadro blanco acabaría perdiendo la liga de ese curso.
Luis Aragonés: oficialmente no renovó, pero lo cierto es que nadie le ofreció tal posibilidad. Fue una invitación a irse. Y eso que había llevado a España a ser campeona de Europa 44 años después.
Vicente del Bosque: precisamente el relevo de Luis Aragonés sufrió en 2003 esa misma sensación. Fue despedido en una cena de celebración por el título de Liga brillantemente logrado. Con un legado de dos Copas de Europa bajo el brazo, de nada sirvió ese excelso palmarés para seguir. Florentino buscaba algo más «chic» y lo cambió por Carlos Queiroz. El resultado, de sobra conocido. El Madrid no ha vuelto a jugar una final de Copa de Europa.
Rafa Benítez: con lagrimas en los ojos y emocionado, el que había sido el entrenador del Valencia de las dos Ligas y una UEFA tuvo que abandonar muy a su pesar el cargo por la falta de confianza del hombre fuerte de aquel consejo, Manuel Llorente. Consecuencia: el Valencia ya no volvió a luchar por un título europeo, al margen de la Supercopa de Europa. Curiosamente, algo similar le pasó el curso pasado en el Chelsea.
Pepe Mel: el último caso conocido. Cogió al equipo en Segunda División, lo ascendió y lo dotó de un juego atractivo. Sin embargo, un mal arranque de campeonato acabó por fulminarlo pese a ser un entrenador querido y uno de los mejores de la historia del Real Betis.
Víctor Manuel Vucetich: dos partidos duró el penúltimo seleccionador de México. Un récord más si se tiene en cuenta que el combinado azteca sumó en ellos una victoria.