Última actualización 13 abril, 2019 por Alberto Llopis
¿Conocen la historia de cuando el Sevilla ganó 22-o al Betis? Para empezar, me van a permitir mes distinguidos lectores que hable en primera persona (tan poco aconsejable en el periodismo por su grado de subjetividad). Lo haré así porque la siguiente historia tiene mucha miga, especialmente en Sevilla, la ciudad donde ocurrió la trama argumentativa de la siguiente pieza.
Lo haré así para aclarar que no soy seguidor ni de un equipo ni de otro, ni siquiera ciudadano sevillano, pero me siento igual de atraído por la ciudad, por sus gentes y por sus dos principales conjuntos, aunque con el grado de objetividad que ello implica respecto a posibles sevillistas o béticos.
Mito o realidad, lo cierto es que es una historia con contradicciones
Dicho esto, conviene sacar del baúl de los recuerdos una historia de fábula, impensable en nuestros tiempos y que ocurrió en 1918. Para unos leyenda, para otros realidad y para la mayoría trama exagerada en algunos matices: el 22-0 que el Sevilla logró hacerle al Real Betis un 10 de marzo de ese lejano año en el Campo del Mercantil. Una historia que tiene más de 100 años, con fuentes muy contradictorias y sin una «verdad absoluta» que nos permita un conocimiento completo de la verdadera situación.
Para empezar el hilo argumental de la narración convendría saber que el Real Betis había nacido en 1907, dos años después que el Sevilla, el gran equipo de la ciudad en esos momentos y que permanecía invicto frente al Balompié (como así hacía llamarse el conjunto verdiblanco) desde 1914.
En ese punto, convendría saber también que el Sevilla y el Betis tenían que enfrentarse en las semifinales de la Copa Andalucía y Extremadura, que cumplía en ese 1918 su tercera edición. Y convendría por último saber que el Sevilla era el equipo con influencia en las instituciones sevillanas y con alto calado en las clases altas y que el Betis era el equipo del pueblo, pero también de los militares, lo que hacía que grandes futbolistas de otras partes de España que hacían el servicio militar en Sevilla pasaran por el Betis durante su estancia en la capital hispalense.
Argumentado y expuesto estos datos, hay que señalar que cada equipo jugaría en su campo un encuentro, jugando y ganando el Sevilla por 3-2 en su estadio del «Campo del Mercantil» y haciendo lo propio el Betis por 3-2 en el «Campo de la Enramadilla» provocando que hubiera de jugarse un tercer partido de desempate.
Si bien, en el primer duelo no iba a ver controversias, en el segundo el Sevilla iba a protestar porque las medidas del campo y las porterías no eran las reglamentarias, (cosa que parece ser hacía cada vez que acudía a jugar a este recinto), y no eran aptas para la práctica del fútbol con garantías.
Iba a airear su enfado también, porque había elecciones generales que coincidían con el encuentro y por tanto, ausencias de fuerza de seguridad que frenar a 3.000 enfervorizados béticos dispuestos a pegar a los rivales si hacía falta. Pero sobre todo, porque tras marcar un gol iban a apuñalar a su futbolista Manuel Pérez cuando se disponía a sacar de banda, ya que un energúmeno armado con una navaja y un palo iba a agreder al jugador por la espalda y provocar un tumultuoso escándalo.
Con dicho caldo de cultivo, el 10 de marzo de 1918 se iba a celebrar un encuentro de desempate de nuevo en el Campo del Mercantil de Sevilla. Pero antes de que se celebrará iba a entrar en escena don José Ximénez de Sandoval, considerado héroe de guerra en España (por sus hazañas en Cuba) y Capitanía General de Andalucía.
Este general malagueño, al enterarse de los graves tumultos ocurridos en el estadio bético, prohibió que cualquier militar participase en el partido, por lo que Candas y Artola, jugadores vascos que hacían el servicio militar en Sevilla no tuvieron permiso para salir del cuartel, provocando un enorme enfado como era previsible en el Real Betis, que perdía a parte de sus mejores hombres.
Ello provocó que la directiva bética apostase por llevar a un equipo infantil en lugar de a su verdadera plantilla y de ahí lo abultado del marcador que explica esta tan extraña y curiosa historia. Sin embargo, lejos de acabar ahí la historia, cabe hacerse una última pregunta: ¿qué se entendía por equipo infantil?
Fijada la mayoría de edad en 25 años, las categorías infantiles las formaban futbolistas que rondaban la frontera de los 18 años. Es seguro que jugaron varios jugadores mayores de edad, también al menos cinco niños, pero no la identidad de todos los integrantes de aquel mítico partido. (la foto de la portada indica es la alineación del Betis en ese partido).
Son las cosas del tiempo, las cosas de una de las rivalidades más grandes del mundo y las historias de dos equipos imprescindibles en el fútbol español y también mundial.