Última actualización 30 agosto, 2022 por Alberto Llopis
Hubo un día en el que un padre e hijo jugaron en un partido internacional. Nos situamos, Islandia. Una isla, un país perdido al norte del Océano Atlántico. Apenas 331.000 personas habitan una tierra volcánica, desértica caracterizada por el viento, la lluvia y unos habitantes campechanos llenos de simpatía que se vanaglorian de poder dejar dormir a sus bebés la siesta al aire libre sin miedo a que los rapten ni al frío (para que se vayan acostumbrando) y que consiguen que sus universitarios no paguen nada por unos estudios que en cualquier parte del mundo suele costar una cantidad importante de dinero.
En ese contexto, en ese extraño contexto, también se juega al fútbol. Porque Islandia tiene selección y para más inri ha vencido a alguna campeona del mundo y en la segunda década de los 2000 entró con fuerza en el panorama internacional participando en la Eurocopa 2016 y el Mundial de Rusia de 2018.
Sin embargo, No es una selección de muchos logros, más allá de algunas figuras aisladas. En una de ellas nos vamos a detener hoy: en Eiður Smári Guðjohnsen, el ex jugador del Barcelona, que en 1996 consiguió que su país pasara a la historia del fútbol para siempre.
El día que padre e hijo jugaron en un partido internacional
En un partido de clasificación para el Mundial de Francia 1998, un 24 de abril de 1996, el mediapunta islandés sustituyó a Arnór Guðjohnsen, o lo que es lo mismo, a su padre, dándose la extraña situación de que este fue la primera y hasta el momento única vez que padre e hijo han jugado juntos en un mismo equipo. El hijo tenía 17 años, el padre 34. Uno era una promesa, el otro un consumado veterano que había jugado en Bélgica (Anderlecht) y Francia (Girondins), entre otros países.
Fue un cambio emotivo, un relevo generación en toda regla. Ha habido muchos casos de padre e hijo futbolistas, pero en ningún caso el relevo fue tan representativo. Por ello, hoy en Colgados por el Fútbol recordamos semejante hecho con nostalgia. Nunca una sucesión se pudo hacer de forma más correcta. Para algo, eran nórdicos.