Última actualización 21 junio, 2013 por Alberto Llopis
España le mete 10 goles a Tahití en la pachanga celebrada en Maracaná. Fernando Torres y David Villa no han tenido piedad de la débil selección de Tahití, que más que una selección, es un grupo de amiguetes.
En un partido más propio de un entrenamiento que de una competición que pretende ser seria como la Copa Confederaciones, los de Del Bosque con diez novedades con respecto al partido de Uruguay, golearon andando y medio gas a un grupo de jugadores a los que llamar «amateurs» sería generoso.
La FIFA quizás debería de mirarse estas cosas pues si este grupo de valientes amigos y parientes es el campeón de Oceanía es que algo no se está haciendo bien en esa parte del mundo. Para los tahitianos chapeau, hacen lo que pueden o saben y siempre podrán decir que jugaron contra algunos de los mejores jugadores del mundo.
Está bien el discurso de preservar los valores del deporte y puede parecer simpático presentar a Tahití como ese equipo gracioso y casi heroico pero la realidad es que entonces la Copa Confederaciones pierde credibilidad.
El partido, por llamarlo de alguna manera no tuvo historia. Tan poca como el argumento de una película porno y perdonen por la expresión. La mejor selección del planeta contra un grupo de jugadores que no viven de este deporte. Lo dieron todo, pero su nivel está lejos de estos menesteres.
Torres con cuatro goles, Villa con tres, Silva con dos y Mata con uno acabaron la historia. Lo mejor del partido la celebración del portero tahitiano tras no encajar el noveno tras fallar Torres un penalti. Curioso cuanto menos.
Poco le iba a durar la alegría pues el mismo Torres le iba a marcar en menos de un minuto tras regatearlo. Enhorabuena a Tahití por el mérito que tienen pero veremos si la FIFA vuelve a consentir algo así.