Última actualización 7 febrero, 2013 por Julio Muñoz
Viena además de poder presumir de ser una ciudad llena de jardines y templos monumentales espectaculares, también posee sin duda uno de los grandes escenarios del fútbol mundial: el estadio Ernst-Happel, o lo que es lo mismo, el Prater.
Espectacular tanto por fuera (de aspecto circular emulando a un gran coliseo) como por dentro, el Prater es el estadio más grande de Austria y uno de los más importantes de toda Centroeuropa. En él, compite habitualmente la selección austriaca y en él, también se disputa el derbi de la ciudad entre el Rapid y el FK Austria Viena, amén de los partidos de ambos conjuntos en competición europea.
Catalogado de cinco estrellas por la UEFA, hablar de su historia simplemente pone los pelos de punta. Construido entre 1929 y 1931, fue sede de los mítines políticos del partido nazionalsocialista en los años previos a la II Guerra Mundial, donde era capaz de albergar a más de 100.000 personas para presenciar los discursos de Adolf Hitler.
Ya en plena contienda militar se convirtió en una prisión temporal de numerosos judíos que encontraban en el recinto el paso previo a la muerte en los campos de concentración. Todavía, hoy se puede observar a través de una placa conmemorativa los cientos de asesinados que estuvieron presos en el recinto antes de ser trasladados y ejecutados en aquellos campos.
Con capacidad para 90.000 en la década de los 50 y en los 60, sería precisamente a partir de mediados de esta última década cuando el estadio empezaría a recibir grandes encuentros internacionales. Fue así, como acogió en 1964 la primera de sus cuatro finales de Copa de Europa, que enfrentó al Inter de Milán de Luis Suárez con el Real Madrid con doblete incluído de Sandro Mazzola, y como también el Manchester City logró en 1970 la Recopa de Europa, el que hasta la fecha el único título del club citizen.
Sin duda, su época dorada vendría en el último lustro de la década de los 80 y principio de los 90. En 1987, el Oporto de Paolo Futre se proclamaba campeón de Europa ante el Bayern de Múnich. Tres años después, era el AC Milan de Sacchi, Van Basten y compañía el que reeditaba el título de la Copa de Europa delante del siempre correoso Benfica.
En 1994, era el Inter derrotaba al Austria Salzburgo 1-0 en uno de los dos encuentros de la final de la Copa de la UEFA rematando el hecho de
haber sido sede de la final de las tres competiciones europeas. Un año más tarde, otro equipo legendario, el Ajax de Van Gaal ganaba al AC Milan de Capello con un todavía recordado gol de Patrick Kluivert.
Remodelado por completo a principio del nuevo milenio, pero manteniendo la esencia de su pista de atletismo, el Prater iba a ser escenario de siete partidos de la Eurocopa 2008. Recortada su capacidad hasta las 60.000 plazas, todas sentadas con asiento y todas cubierta, en la competición por selecciones, el Ernst Happel iba a ver nacer uno de los mejores equipos de la historia del fútbol: la España de Luis Aragonés, Xavi, Iniesta, Casillas, etc…
En su césped, la “Roja acabaría con el mal fario de los cuartos de final y los penaltis contra uno de sus clásicos enemigos, Italia. En semifinales, también vería la mayor exhibición que ha hecho una selección en los últimos 30 años, la realizada por el cuadro de Luis Aragonés ante la Rusia de Arshavin.
El colofón lo pondría con la acogida de la gran final, donde un gol de Fernando Torres daría a España la segunda Eurocopa de su historia ante Alemania.
Sede de conciertos, etapas ciclistas, combates de boxeo y hasta partidos de tenis, el Prater es posiblemente uno de los estadios más emblemáticos y bellos de un planeta que se llama fútbol.
PD: para aquellos que lo desconozcan debe su nombre a uno de los entrenadores y jugadores más laureados del fútbol austriaco y del Rapid de Viena.
