Última actualización 5 abril, 2024 por Alberto Llopis
Italia ya no es lo que era. No ha podido clasificarse para octavos de final de un Mundial por undécima vez en su historia. No lo ha hecho porque ha perdido de agónica tras aguantar más de media hora con uno menos ante Uruguay pero sin poder salvar un cabezazo de Diego Godín a menos de diez minutos para el final.
Y es que Italia era una selección acostumbrada a ganar Mundiales o llegar muy lejos partiendo de la nada. En 1970, por ejemplo llegó a octavos con un único gol a favor y tan sólo cuatro puntos en el casillero. Cuatro puntos que le han servido para pasar en 1986, 1994 o 2002. Curioso fue el caso e 1994 donde pasó con un cuadruple empate en su grupo en el que todos los equipos acabaron con la misma diferencia de goles, sólo que los transalpinos marcaron más que los otros tres rivales.
La madre de todas las batallas y carambolas se vivió en 1982. Ese año Italia ganó su tercer Mundial tras pasar a la segunda fase sin ninguna victoria. Mal juego y críticas que se transformaron en buen juego y triunfos a partir de la segunda fase para acabar dándole la tercera estrella de campeona.
Italia era una selección acostumbrada a estas agonías. Sin embargo, eso parece haberse acabado ya. Eliminados en la primera ronda en Brasil, en Sudáfrica siguieron el mismo camino sin ni siquiera ganar un partido. Aquí, sí lo han hecho, venciendo a Inglaterra en uno de los mejores partidos del Mundial.
Sin embargo, de nada ha valido. Su juego ramplón de los dos últimos duelos le ha llevado a no anotar ningún gol, a no hacer jugada alguna digna de mención y a acabar eliminada suponiendo el fin de la generación de los Pirlo o Buffon, dos emblemas de la «azurra» y dos de los mejores, nuevamente. Tarde o temprano el fútbol te castiga e Italia ya sabe que la suerte no es eterna.