Última actualización 13 diciembre, 2022 por Alberto Llopis
Jorge Campos es uno de los mejores jugadores que ha dado México en toda su historia, posiblemente el mejor portero que ha defendido nunca el marco de los aztecas. Excéntrico en su vestuario, se diferenciaba del resto de compañeros en una cosa, en que le gustaba lo mismo parar los goles que marcarlos, hasta el punto de llegar a cambiarse la camiseta de portero para enfundarse una del equipo y situarse en la punta de lanza de su equipo. Sin duda, un jugador fuera de lo común.
Nacido en la soleada Acapulco el 15 de octubre de 1966, es considerado uno de los mejores porteros de su tiempo y reconocido por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol como el cuarto mejor portero de la CONCACAF del siglo XX.
Acudió a tres mundiales con México ( USA 94, Francia 98 y Corea y Japón 2002) y jugó en Atlante, Cruz Azul, Tigres y Puebla. En todos ellos actuaba como portero y como delantero, dependiendo de lo que la situación exigía. Se volvió muy popular por su ritual de cambiarse de uniforme para dejar la posición de portero y continuar en el juego participando como delantero. Anotó 35 tantos, una cifra nada despreciable teniendo en cuenta que su puesto habitual era el de portero.
Con una altura muy corta para ser un guardameta (todavía hay debates sobre su tamaño real), Campos era un portero muy ágil, espectacular y que no pasaba desapercibido debido a sus estrambóticos atuendos que nunca dejaban indiferente a nadie. Con un juego en los pies de mucho nivel, mejor que el de muchos jugadores de campo, gustaba de participar mucho en el juego del equipo, algo muy inusual incluso hoy en día.
Precisamente, esta confianza en su técnica le hizo cometer alguna que otra pifia sonada ya que acostumbraba a salir con el balón controlado con el pie en vez de lanzar el balón en largo, muy en la línea del colombiano René Higuita. Tan famoso se hizo, que salió con Cantona, Figo y otras estrellas del momento, en el anuncio de Nike donde se enfrentaban a unos demonios y el Bad Boy francés finiquitaba a uno de estos seres de un tremendo trallazo.
El Brody como le llaman, acabó su carrera en 2003 pero actualmente todavía participa en partidos con tintes benéficos con otros ex grandes jugadores donde continua siendo un espectáculo. Algo lógico, pues siempre le importó poco si se trataba de un Mundial, un partido de Liga o una pachanga entre amigos. Siempre fue un espectáculo y un placer verlo sobre el tapete verde de juego.
PD: Aquí les dejamos un video con las mejores paradas, jugadas, goles y excentricidades de este gran jugador.