Última actualización 16 noviembre, 2012 por Julio Muñoz
La Copa del Rey ha celebrado a lo largo de esta semana las eliminatorias de 16º de final. 32 equipos se han enfrentado a doble partido, con multitud de confrontaciones entre equipos de Primera y de Segunda B. Una gran oportunidad para los equipos más pequeño de jugar contra los mejores jugadores, y una alegría para los aficionados de pueblos normalmente pequeños para los cuales la visitas de los más grandes es más que un acontecimiento.
Sin embargo, no todo puede ser bonito, y lo que podría ser una magnífica oportunidad para potenciar la Copa del Rey, se ha convertido en un despropósito de máximo grado que cabe analizar. Al contrario, que sucede en Inglaterra donde la Copa de la Liga nos ha dejado un Stamford Bridge abarrotado para ver el partidazo del Chelsea-Manchester que acabó con 5-4 a favor de los blues, o en Francia, un Parque de los Príncipes lleno también hasta la bandera para ver un PGS-Marsella, en España se vuelve a circular en sentido opuesto, con el peligro que eso plantea para la viabilidad del fútbol.
Por varios motivos. El primero, el no realizar sorteo puro, al contrario que ocurre en el resto de países. La copa es la competición de las oportunidades y ello implica que un sorteo puro podría llamar la atención de los espectadores desde la primera ronda. Un Valencia- Madrid o un Sevilla-Barcelona, por no hablar de un derbi entre blancos y blaugranas podría empezar a calentar la Copa desde el principio, como ha ocurrido esta semana en Inglaterra o Francia.
El segundo motivo es el de disputar las eliminatorias a doble partido. Si por lo menos no se permite el sorteo puro, no tiene sentido encima disputar los enfrentamientos a ida y vuelta, máxime cuando la diferencia es abismal.
Será curioso, y aquí en Colgados por el Fútbol estaremos al tanto de analizar la asistencia a los estadios en los partidos de vuelta. Un Valencia-Llagostera con un 0-2 a favor de los valencianos no puede ser del agrado de los aficionados valencianistas. Quizás puedan tener un mejor plan.
También los aficionados colchoneros pueden dedicarse a otros menesteres el día de Atlético-Jaen, ya con un 3-0 a favor de los primeros. Que decir del Bernabeu o Camp Nou, estadios gigantescos que a buen seguro no agotarán las localidades para ver un Madrid-Alcoyano (4-1) o un Barcelona-Alavés (3-0).
Si a lo mejor pueda recibir más público el Getafe-Ponferradina. El Coliseo Alfonso Pérez Muñoz suele «recibir grandes entradas» durante todo el año y a buen seguro que dentro de cuatro miércoles con un 4-0 a favor de los azulones el estadio es capaz de albergar a más de 100 personas.
Lo que pretendemos decir es que la Federación Española de Fútbol debe de tomar medidas para evitar que la Copa del Rey se convierta dentro de un mes (esa es otra, la lejanía entre el partido de ida y de vuelta) en un esperpento.
Tan difícil es hacer las primeras eliminatorias a partido único, en terreno neutral (repartiendo la taquilla entre los dos equipos como hacen en Inglaterra) y generando emoción. No, hay que hacerlo complicado, generar desinterés, y desenganchar al espectador. Que sigan así, que bien les va.