Última actualización 29 junio, 2021 por Alberto Llopis
Los más grandes también fallan penaltis. Se suele decir que solo los valientes fallan los penaltis. Y a buen seguro que así es, de pensar en la gran cantidad de jugadores importantes que han errado desde los once metros. Futbolistas con trayectorias imponentes, que en algún momento han tenido un borrón desde el punto fatídico. Nervios, presión y dudas que hacen que tirar un penalti sea una odisea en algunos momentos.
Los más grandes también fallan penaltis
Hasta uno de los más grandes de la historia, Diego Armando Maradona, fue víctima de la presión de marcar desde la pena máxima. Ocurrió en una tanda de penaltis del Mundial Italia 90. Con 0-0 en el marcador al acabar el encuentro, Argentina y Yugoslavia se jugaban el pase a semifinales en la tanda de penaltis. Maradona envió el cuero al centro y el guardameta detuvo. No obstante, como parece que la suerte está con los dioses, Argentina y Maradona se recuperaron del tropiezo y gracias a la actuación del parapenaltis que tenía un extraño ritual Goicoechea se metieron entre los cuatro primeros.
Más curiosa sería el partido de los cuartos de final del Mundial de México 86. No una, sino hasta tres grandes estrellas fallaron desde los once metros. Empezó el despropósito Zico, que durante el encuentro falló un penalti. También, y ya en la tanda de penaltis, Sócrates, al que el portero galo Bats le adivinó las intenciones y Platini, que envió el cuero por encima del travesaño, fallaron. Entre tanto error, sería Francia, quien finalmente lograría acceder a semifinales ante la decepción canarinha.
Pero si fallar un penalti en los cuartos de final de un Mundial puede resultar dramático, no digamos de hacerlo en una final de un campeonato del Mundo. Eso fue lo que le ocurrió primero a Roberto Baggio en la final del Mundial 94 contra Brasil. El mediapunta italiano «regaló el Mundial a Brasil al enviar a las nubes el balón,. Era la primera vez, que un Mundial se decidía en los penaltis.
La primera, porque la segunda sería también trágica para otro futbolista estrella, David Trezeguet. El ariete frances, con Francia e Italia dirimiendo la Copa del Mundo 2006 estrelló el balón en el palo para alegría de una «azzurra» que se hacía con su cuarto Mundial.
No solo en las Copas del Mundo se han visto fallos increibles. La Eurocopa también nos deja errores increíbles, como aquella tanda de penaltis entre Portugal e Inglaterra en 2004, donde Frank Lampard, Steve Gerrard o Jimmy Carragher tiraron por la borda las ilusiones de los ingleses al tropezar con el gran portero portugués Ricardo. Caprichos de la vida, David Beckham contribuiría dos años después a la maldición inglesa con los once metros al fallar también ante el mismo equipo y la misma ronda, pero en esta ocasión en el Mundial Alemania 2006.
Raúl Gonzalez, el 7 de España, también tiene su propia leyenda negra con los penaltis. Fue en la Euro 2000 de Holanda y Belgica, cuando todavía llevaba el 10 en su espalda. Raúl tuvo la oportunidad de enviar a España a las semifinales pero con 2-1 en contra contra Francia, falló estrepitosamente ante Fabian Barthez y lanzó la pelota al cielo belga.
Martín Palermo, con tres penaltis fallados en un mismo partido de la Copa América 99 remata el colmo de las malas actuaciones desde la pena máxima en una noche aciaga para Argentina que caería 3-0 contra Colombia.
A nivel de fútbol de clubes, los penaltis también han jugado malas pasadas a jugadores Como John Terry al que un inoportuno resbalón privó de dar una Champions al Chelsea en la final de Moscú contra el Manchester United en 2008. Igual de mala suerte corrieron Pelegrino para el Valencia en la final del año 2000 contra el Bayern, o Shevchenko en la final de 2005 contra el Liverpool.
Hasta dos grandes jugadores, como Messi y Cristiano Ronaldo no pudieron llevar a disputar a sus equipos la final, al fallar en semifinales de la Champions 2012 contra Chelsea y Bayern respectivamente. El argentino al enviar durante el partido un penalti a la madera; el portugués al atajar el cancerbero Neuer sus intenciones en una tanda de penaltis donde ni Kaká ni Sergio Ramos estuvieron también afortunados.
Pero para mala suerte, la del Barcelona en la final de la Copa de Europa de 1986 contra el Steaua de Bucarest. Ningún jugador blaugrana pudo ser capaz de anotar un solo penalti en una tanda que se llevó el Steaua por un escaso 2-0.