Última actualización 8 septiembre, 2023 por Alberto Llopis
El 10 de octubre de 1983 TV Tokyo lanzaba a emisión una de las series más famosas que se recuerdan en el mundo del manga. Su nombre respondía a Capitán Tsubasa, el protagonista principal, aunque desde muy pronto empezó a ser conocida como Campeones u Oliver y Benji. Lo que parecía ser una serie más de dibujos animados que versaba sobre el fútbol nipón fue convirtiéndose poco a poco en un fenómeno de masas tanto en Japón como en Europa y Sudamérica.
Prácticamente, allá donde se emitía conseguía grandes audiencias, especialmente en el público infantil, pero adolescente e incluso joven. Su popularidad llegó a tal punto que supuso un fuere resurgimiento del fútbol japonés, pues fueron muchas las generaciones que siguieron los pasos de sus ídolos televisivos y quisieron imitarles. Las licencias crecieron hasta en un 30% y la selección nacional lograba clasificarse para Mundiales en parte por el alza del fútbol.
El nudo principal relataba las pericias de Oliver Atom con el balón y con sus compañeros de equipo y rivales, entre ellos, el gran Benjamin Price (Benji), un portero que lo paraba todo que tenía como característica principal llevar gorra y no haber recibido nunca un gol desde fuera del área hasta que Atom lo consiguió en un desafío personal. Y es que Atom era el personaje estrella. Además de una personalidad muy fuerte que le hacía ser un líder, tenía una maravillosa calidad técnica que le permitía anotar goles con suma facilidad. Su capacidad de sacrificio estaba fuera de toda duda, pues fueron muchos los partidos que jugó con dolores sobrehumanos.
Y es que una de las notas características de la serie era la exageración de un mundo real que se transformaba en un mundo irreal. Tiros con efecto, catapultas infernales, carreras interminables en campos que lejos de tener 100 metros parecían tener kilómetros o partidos interminables que duraban días y días formaban parte de una oferta donde por supuesto también habían personajes antagonistas como el gran Marc Lenders.
La serie comienza con los inicios en campeonatos escolares hasta alcanzar la disputa de Mundiales y la llegada de los principales protagonistas a los grandes clubes europeos en un desafío total para los personajes. A modo homenaje, ahí van nuestro quién sería quién en la serie y en la actualidad del fútbol mundial.
Oliver y Benji ¿Quién sería quién en la actualidad?
Oliver Atom: sin duda el personaje estrella sobre el que guiaba el juego. Tenía fuerza, velocidad técnica y un corazón espectacular. Metía todos los goles decisivos haciendo parecer en ocasiones a sus compañeros verdaderos inútiles. En la actualidad podría ser Messi el que encarnará este futbolista de dibujos animados habida cuenta de la facilidad para regatear rivales y conseguir perforar las metas contrarios con potentes disparos y jugadas inverosímiles. Aunque ojo, también el gran mago Andrés Iniesta podría hacer a la perfección las veces de Atom.
Benjamin Price: enemigo al principio de la serie, rápidamente se convertiría en amigo y un gran protagonista de la serie. Paradas imposibles, carisma y una enorme seguridad bajo los palos. Su gran talón de Aquiles serían las lesiones. Su equivalencia en el mundo real sería lógicamente Iker Casillas, al que sólo le faltaría blocar igual que él el balón. Las similitudes son tantas que hasta una lesión son el punto de inflexión en las carreras de ambos guardametas, produciéndose un antes y un después en ambas.
Marc Lenders: el «malo» por antonomasia. Lo tenía todo. Fuerza, potencia y un disparo mortífero que le servía para marcar goles como rosquilletas. Su carácter era problemático, lo que en no pocas ocasiones le ocasionaba problemas con sus entrenadores. Su fortaleza y estado físico estaba fuera de toda duda. En la realidad su personaje sería difícil de encarnar, pero tal vez sea Cristiano Ronaldo el que mejor lo haría. El luso combina fuerza, técnica y velocidad. Y además, un disparo de lo más potente y duro, tanto como era el «famoso tiro del tigre» del gran Marc Lenders.
Alan Crockett: el portero suplente de Benjamin Price. Era malo, muy malo y sólo tenía minutos por la lesión de Benji. Apenas transmitía seguridad 
a sus compañeros y no se le conoce parada alguna de cierto mérito. Evidentemente y sin ánimo de querer faltar el respeto su paso al campo de la realidad es de lo más fácil: Adán, el portero suplente de Iker Casillas, quien sustituyó al guardameta blanco en Mestalla después de su lesión en la mano.
El bueno de Adán eso sí parecía un mejor que Alan Crockett que apenas dejó destellos de su calidad en un equipo como en Newteam, que dicho sea de paso, representaría el buen fútbol del Barcelona.
Clifford Yuma: este fortachón era capaz de derribar a cuantos rivales le salían por el campo gracias a su enorme cuerpo. Muy resistente, una de sus armas predilectas era su fuerte disparo con el que era capaz de empotrar a todos los rivales que se pusieran por delante con la intención de parar la pelota. Su equivalente habría que buscarlo en un hombre de gran fuerza y similar disparo y parece que nadie mejor como el gran Hulk. El brasileño es prácticamente un jugador calcado al gran Yuma.
Julian Ross: gran calidad técnica y una visión de juego espectacular. Nunca perdía la pelota y sólo un problema de corazón le apartó de ser uno de los más grandes de todos los tiempos. Hacía todo bien y encima tenía un comportamiento intachable. Es difícil decir quién podría suplirlo en la actualidad, pero se lo damos al gran Xavi Hernández, con similar facilidad para controlar la pelota y guiar a sus compañeros. Afortunadamente, no comparte el mismo problema cardíaco.
Ed Warner: un extraordinario portero con grandes reflejos y que hacía posible lo imposible. Defendía los colores del Muppet, un equipo que jugaba a la contra y que podría representar al gran Real Madrid. Más difícil es identificar quién sería Warner en la realidad. Valdés, Buffon…nosotros vamos a dárselo a un clásico del fútbol, José Luis Chilavert, que además de grande y buen portero, compartía con Warner la facilidad para ver puerta contraria gracias a su potente disparo.
Philip Callahan: un gran futbolista con un gran talento en el medio del campo y una excelente llegada al área rival. Dotado de una gran personalidad, Callahan sin embargo, nunca pudo lograr títulos, en parte, por no contar con un equipo que tuviera alguna estrella más para ayudarle. Complicado, muy complicado, decir quién sería éste jugador, pero casi lo mejor sería decir que podría ser Steve Gerrard, que a día de hoy, está en el gran Liverpool, un conjunto que apenas tampoco gana nada a pesar de su gran historia.
Patty: en un mundo de hombres también debe de haber una mujer que rompa el corazón a los futbolistas. Si Patty lo conseguía con Oliver Atom, Sara Carbonero lo hace en la realidad con Iker Casillas. Sin duda, la buena de Patty tendría en la periodista toledana a su otro «yo. Más sexy una que otra, eso ya lo dejamos al gusto del consumidor. Aunque eso sí, ¿qué era Patty, a qué se dedicaba? Sin duda, una de las mayores incógnitas de toda la serie nunca despejada. A lo mejor era también periodista.
Tom Baker: compañero de Oliver Atom y pieza fundamental del New Team era el único que se acercaba a los niveles de éste. Buena calidad técnica y facilidad para ver arco contrario, también gozaba de un buen temperamento, lo que nos hace decantarnos porque su papel lo asumiría el gran Andrés Iniesta.
Y es que al fin y al cabo, Baker metía goles importantes y no perdía apenas la pelota, como el manchego.
Hermanos Derrick: estos hermanos eran capaces de hacer cosas imposibles. Catapultas infernales, tiros combinados eran parte de un repertorio que no dejaba igual a nadie. Sin duda, eran muy espectaculares y ponían las cosas difíciles a cualquiera. Recrearlos sería complicado, pero a nuestro juicio, ese papel podría ser asumido con cierto éxito por los hermanos Laudrup, que eran igual de espectaculares pero con otro tipo de jugadas, algo más terrenales y algo más alejadas de los Derrick.
Bruce Harper: era el tonto de la serie, el compañero imprescindible para animar el cotarro pero que apenas pintaba nada dentro del campo. El hombre que generaba buen ambiente pero cuya participación era nula. Era central. Nuestro personaje real no es central, sino portero, pero guarda buena comparación con él: Pepe Reina. El portero del Nápoles apenas aporta algo deportivamente a la selección, pero sin su concurso nada sería igual. Ingenio, risas y hasta la misma calvorota. Seguro que si el gran Pepe lee el artículo acepta de buen grado esta comparación.
Roberto Sedinho: iba y venía mucho de Brasil. Amante del buen fútbol aconsejaba a Atom como ser mejor futbolista y jugar mejor. Su apuesta era la del «jogo bonito» y quizás por ello Pep Guardiola podría adoptar este papel, si bien él no vendría de Brasil, sino de Nueva York donde pasó largos meses en su aprendizaje del inglés. Ambos además tienen una virtud común: su carácter reflexivo propio de dos auténticos filósofos.
Teo Sellers: era portero de enormes dimensiones tenía problemas con la comida y con su cuerpo, pues apenas podía despreciar un buen manjar. Que duda cabe que el fútbol profesional es mucho más serio, pero aún así encontramos a guardametas de similares condiciones. En Colgados por el Fútbol hemos hablado muchas veces de Mister Pizza, Jeroen Verhoeven, el portero holandes de 1.91 metros y 103 kilos que hace las delicias de los aficionados de la Eredivisie, que tienen con quien meterse.
Makoto Kitazume: sus métodos no son los más ortodoxos. Dotado de una fuerte personalidad, el entrenador del Muppet decide apartar a Lenders por su carácter y falta de compromiso con los compañeros. Prefiere el grupo al jugador estrella. Y ya saben su correlación en el fútbol actual habría que buscarla en el The Special One. Jose Mourinho, cuyos métodos no son los más populares, pero sí de los mejores.
Jeff Turner: el primer entrenador de Marc Lenders. Cada maestro tiene su librillo y sus entrenamientos en la playa marcan un antes y un después en la forma de preparar a un jugador. Con un carácter peculiar lleno de vitalidad, el Sabio de Hortaleza podría reencarnar a las mil maravillas a Turner. Mismo mal genio, edad avanzada y métodos no exentos de polémica, pero efectivos.
Todo ello, por supuesto, sería narrado con la voz del inconfundible Alfredo Martínez, el hombre que más entusiasmo parece ponerle a las retransmisiones deportivas.