Última actualización 7 marzo, 2024 por Alberto Llopis
El Real Oviedo-Real Valladolid de la temporada 1995/96 fue el partido con más penaltis de la historia de la Liga española, posiblemente también el más loco. Tan sólo hay que echar un vistazo al resultado, 3-8 para saber que aquella tarde de fútbol en el viejo Carlos Tartiere de Oviedo, por lo menos, bien se lo pasaron.
El récord de penaltis en un partido de Liga ocurrió en la temporada 1995-96
Era la penúltima jornada de la temporada 1995/96, la primera de las varias que se jugaron con 22 equipos por el tema del Celta de Vigo y el Sevilla en el verano del 95. El Real Valladolid, llegaba a Oviedo jugándose la permanencia, aunque en aquella época aún se jugaba una promoción de descenso contra el tercer y cuarto clasificado de Segunda. El Oviedo por su parte, ya no se jugaba nada, ya que ya había asegurado su permanencia tranquilamente hacía unas jornadas.
Fue un partido en el que ambos equipos se dieron un festín de goles ayudados por un árbitro, Japón Sevilla, uno de los que más líos montó durante su carrera y que por lo que se ve, aquella tarde se quería unir a la fiesta. Pitó 6 penaltis batiendo un récord y expulsó a 2 jugadores de Oviedo.
Para que se hagan una idea, el partido en la primera parte acabó con un resultado de 2 a 1, y los tres goles, habían sido de penalti. Thomas Christensen, el hispano-danés que debutó con la selección española sin haberlo hecho en Primera , marcó los 2 primeros goles del Oviedo, de penalti. La segunda parte iba a completar una fiesta de goles y penaltis. Peternac delantero del Valladolid, que marcó 5 goles esa tarde, anotó cuatro de ellos desde el punto fatídico.
Cuatro jugadores se repartieron los goles en el partido con más penaltis en la historia de la Liga española
Al final, 11 goles en total, 6 de ellos desde el punto de penalti con 2 a favor del Oviedo y 4 a favor del Valladolid y 4 jugadores que se repartieron los 11 goles entre ellos. Peternac marcó 5 como ya hemos dicho, Mami Quevedo, un clásico, hizo 3 completando así los 8 del Valladolid. Christensen marcó 2 y el mítico Carlos Muñoz se unió a la fiesta con su gol, cerrando así los 3 goles de los carbayones aquel día. Una auténtica fiesta de fútbol que acabó hermanando a ambas aficiones.