Última actualización 21 mayo, 2018 por Alberto Llopis
Si hay alguien que ha respirado con el histórico ascenso de la SD Huesca ese es su entrenador. Una profesión complicada donde siempre estás en el ojo del huracán y más si las cosas no te salen. De eso sabe y mucho Rubi quien tras empalmar dos descensos seguidos a Segunda con Levante (2016) y Sporting de Gijón (2017), consigue llevar al equipo oscense por primera vez en su historia a la Primera División.
Un entrenador que ha tenido que ganarse el sitio desde abajo, entrenando al Vilassar de Mar, C. E. L’Hospitalet, C. Sabadell, Español «B», Ibiza y Benidorm. Fue precisamente otro de los nuevos esta temporada en Primera, el Girona, quien le dio la oportunidad de debutar en el fútbol profesional en 2012. Después pasó por un histórico como el Real Valladolid donde realizó un gran trabajo y le abrió las puertas de la máxima categoría cuando el Levante decidió firmarle a finales de octubre de 2015 para sustituir a Lucas Alcaraz.
Aquí empezó su gafe. Pese a dirigir 30 partidos en Primera al club granota, no fue capaz de mantener la categoría y el equipo bajó como colista. Con el descenso, salió del club valenciano. Sin embargo al año siguiente, iba a tener una nueva oportunidad de reivindicarse como entrenador de Primera cuando un clásico como el Sporting decidió ficharlo.
Sin embargo, Rubi no pudo tampoco evitar el descenso del equipo gijonés y por segunda vez seguida, su experiencia en la élite del fútbol español acababa con los huesos de su equipo en Segunda y con el ‘San Benito’ de gafe o de entrenador entierra equipos. Sin embargo el fútbol es muy grande y siempre vuelve a dar la oportunidad de levantarse.
Parece que por fin el éxito le llega a Rubi entrenado con letras de oro en la SD Huesca como el entrenador que consiguió llevar al club aragonés por primera vez a la máxima categoría del fútbol español. Si sigue dirigiendo a los oscenses, tendrá su tercera oportunidad en Primera, ¿hará bueno eso de a la tercera va la vencida? lo veremos.