Última actualización 16 noviembre, 2012 por Julio Muñoz
Argentina y Brasil solventaron con éxito sus amistosos europeos frente a Alemania y Suecia. La albiceleste fue muy superior (1-3) a una Alemania que jugó una hora con 10 hombres por expulsión del meta Ron-Robert Zieler, que derribó dentro del área a Sosa. Mientras, los chicos de Mano Menezes recobraron la autoestima en Estocolmo (0-3), en el estadio de Rasunda, escenario donde nació el mito Pelé.
Argenina se llevó el triunfo en Francfort (1-3), una victoria justa cimentada en los tantos de Leo Messi y Ángel di María, pero también en la hora de partido que Alemania jugó con un hombre menos. El partido quedó muy decantado por la acción que se produjo a la media hora de juego. Mascherano filtró un gran pase interior a la velocidad de Sosa, que se adelantó a la salida de Zieler y fue derribado. Penalti y expulsión del portero alemán, pero el tiro raso y flojo de Messi permitió su pequeño momento de gloria al joven Ter Stegen, que detuvo el lanzamiento.
La desgracia volvió a cebarse con la selección alemana justo antes del descanso, con una jugada casi cómica que le costó el primer tanto en contra. Khedira despejó un centro hacia su portería y el balón tocó en Howedes y en el guardameta antes de colarse dentro, premiando de forma inesperada el buen juego argentino.
La segunda parte confirmó el dominio de la albiceleste, crecida por su superioridad numérica y el impulso de Messi. Poco después del paso por vestuarios, el ’10’ se redimió del penalti marcando tras un buen servicio de Higuaín y al rato el otro madridista del equipo, Ángel di María, se sacó un chut potente desde muy lejos que sorprendió a Ter Stegen para poner el 0-3. En el tramo final, Alemania tiró de orgullo para maquillar el marcador por medio de Howedes.
Brasil tumba a Suecia en el último partido de Rasunda
Por su parte, Brasil, con un fútbol mejor al que exhibió en Londres 2012 y dos minutos de brillo de Pato, se impuso por 0-3 a Suecia en el que fue el último partido antes de la demolición de Rasunda, el estadio de Estocolmo en que la selección brasileña conquistó su primer Mundial (1958) y en el que nació el mito Pelé.
La victoria le permitió a la selección de Mano Menezes recuperar parte de la confianza perdida en Londres. Esa recuperación, sin embargo, se produjo ante una Suecia que no convocó a ocho de los jugadores con que disputó la Eurocopa de este año -en la que fue eliminada en la primera fase- y que no pudo contar por lesión con Ibrahimovic. Aunque fue claramente superior en los 90 minutos, el amplio marcador no fue reflejo de un partido en que Brasil insistió con varias jugadas pero falló en las finalizaciones en varias oportunidades.
Brasil abrió el marcador en el primer tiempo por intermedio de Leandro Damiao y tan sólo consolidó su ventaja en los 10 últimos minutos, cuando Alexandre Pato sustituyó a Damiao y anotó los otros dos goles.
El compromiso también sirvió para despedir la Rasunda y homenajear a los brasileños que conquistaron en ese estadio el Mundial de 1958 ante la misma Suecia. Tras diversos homenajes a los campeones brasileños y a capitanes en diferentes épocas de la selección sueca, el «rey» Pelé, la gran atracción de los actos festivos, dio una vuelta olímpica y el puntapié inicial del partido. «Fue muy emocionante. Para mí, todo comenzó aquí a los 17 años», admitió el tres veces campeón mundial.
La veteranía del centrocampista Ramires y del lateral Daniel Alves garantizó seguridad en la zaga y una mejor salida al ataque, y permitió que Neymar y Leandro Damiao jugaran más libres en la frente. Brasil comenzó a buscar el gol desde el primer minuto y generó numerosas jugadas de peligro pero falló en las finalizaciones. En el minuto 18, tras un balonazo que Oscar estrelló desde fuera del área en el poste, Neymar aprovechó el rebote para vencer a Isaksson, pero el árbitro anuló la anotación por supuesto fuera de lugar.
Seis minutos después, Daniel Alves lanzó un tiro libre que pasó a pocos centímetros del arco sueco. Brasil, que tocaba con facilidad y creaba diferentes jugadas de peligro, abrió el marcador con un cabezado de Leandro Damiao tras un levantamiento milimétrico de Neymar.
En el segundo tiempo, el partido parecía más parejo pero la balanza volvió a inclinarse para Brasil con los diferentes cambios de jugadores. Pato, que ingresó en el lugar de Damiao, tuvo dos minutos de inspiración y, tras un gol en una posición dudosa faltando 10 minutos para el final, creó la jugada en la que sufrió el penalti que él mismo convirtió dos minutos después.