Última actualización 26 julio, 2019 por Alberto Llopis
En vísperas de la Copa Mundial de México 1970 el calendario marcaba que Perú jugaría su primer partido el 2 de Junio de 1970 en el Estadio “Nou Camp” en la ciudad de León; su rival: Bulgaria.
Los números en la antesala para los hincas en la fiesta grande, antes de 1970: ¡Perú no había ganado un solo punto en Copas del Mundo! El dato no es tan catastrófico si mencionamos que solo habían disputado un mundial, el primero, el de Uruguay 1930, perdiendo sus 2 partidos, ante los anfitriones y Rumanía.
Calificó a México 70 con un cuadro de ensueño, con Héctor Chumpitaz comandando la zaga, Hugo “Cholo” Sotil, futuro jugador el F.C. Barcelona y probablemente el mejor jugador peruano de la historia: Teófilo Cubillas, su estrella, su diez.
6 días antes de su debut sostuvo un roce amistoso ante Unión de Curtidores en el Estadio la Martiníca, perdiendo 2-1, el equipo cuerero jugaba en la segunda división mexicana, el uniforme era muy parecido al de Perú: blanco con una franja cruzada, motivo por el cual Perú estrenó su uniforme de visita: camiseta roja.
2 días antes del debut, el caos, la tragedia: un sismo en Perú sepultó a más de 50, 000 peruanos, la selección peruana se enteró de la terrible noticia el día de su primer encuentro, apenas minutos antes de saltar a la cancha, intentaron comunicarse con familiares y seres queridos sin éxito alguno.
“El show debe de comenzar”, Perú saltó a la cancha con la camiseta roja (en honor a la sangre de los caídos) y un moño negro en la manga derecha, el luto.
Obviamente salieron desconcentrados, tristes, con rabia. Su sensación se vio reflejada en el marcador, Bulgaria 2-1 Perú al finalizar el primer tiempo. La charla en vestidor, el liderazgo de Chumpitaz, el capitán. Estaban ahí por un sueño, en las gradas había afición peruana, era momento de sacar el espíritu de competencia y tratar de, aunque sea por 90 minutos, dar alegría a sus compatriotas, haciendo lo que mejor saben hacer, jugar al fútbol.
Volvieron al campo para disputar el segundo tiempo con un objetivo de equipo, salir a ganar ese partido. Con goles de Chumpitaz y Cubillas pudieron dar la vuelta al marcador, para así, olvidar por un lapso la tragedia.
Los jugadores salieron sacados de hombros, se lo merecían, durante 90 minutos fueron los superhéroes que Perú necesitaba.