Última actualización 3 noviembre, 2022 por Alberto Llopis
Cuando se habla de los mejores defensas de la historia, el nombre de Elías Figueroa siempre sale en las listas. No es brasileño, tampoco argentino. Ni siquiera colombiano o uruguayo, tradicionalmente los gentilicios de los mejores futbolistas no ya del Nuevo Continente, sino de todo el planeta fútbol.
El hombre del que hablamos en este artículo es chileno. Para más señas, el mejor chileno que ha dado el balompié y para más datos, el mejor central de la historia de Sudamérica. Para muchos, al nivel de Franz Beckenbauer. El gran Elías Figueroa, el Coloso, el Mariscal, el hombre que durante más de 18 años dio sentido a la zaga chilena y a los siete equipos donde jugó.
Elías Figueroa, uno de los mejores defensas de la historia del fútbol
Originario de Valparaíso donde nació en 1946, Figueroa tiene anécdotas para dar y aburrir. Como que participó en el Mundial de España 82 siendo abuelo (hito que aún nadie ha repetido), como que nunca se hizo una foto en partido con Diego Armando Maradona (un periodista se dirigió una vez hacia Elías Figueroa y le dijo: “Elías, una foto con Maradona” a lo que el central chileno le respondió: “Dile que venga”. El periodista va donde Diego y le pidió: “Diego, una foto con Elías”. A lo que el 10 argentino le contestó: “Quien es ese? Decile que venga y que me ate los cordones”), o como que fue elegido mejor central del mundo en 1974, sí, el año donde Franz Beckenbauer se proclamaba campeón del mundo.
Criado futbolísticamente en las filas de la Unión Calera, sólo escuchar algunos comentarios de sus colegas de profesión ponen los pelos de punta y relata de que clase de futbolista estamos hablando: «es el mejor central que vi en mi vida» dijo Menotti en su día, «Si Figueroa hubiera ganado un Mundial sería el mejor defensor de la historia», comentó Pelé también, «Yo soy el Figueroa de Europa», palabras del mismísimo Franz Beckenbauer, «Figueroa y Beckenbauer han sido los únicos centrales mejores que yo en la historia», afirmó Pasarella en una de las múltiples alabanzas al bueno de Figueroa.
Un central avanzado a su época
Técnicamente un superdotado y contundente, seguro y expeditivo como pocos, Don Elías tan pronto podía sacar la pelota jugando como el mayor de los jugones como ser un defensa duro pero noble que echaba un cerrojo en su portería. Fue en el Peñarol uruguayo donde el gran central chileno marcaría un antes y un después. Artífice de tres ligas con el equipo charrúa donde se encontró a los no menos grandes Mazurkiewicz, Spencer y Joya, fue la Supercopa de Campeones de 1969 su único gran trofeo internacional conquistado junto a una final de la Copa Libertadores en 1970.
Capitán en todos los equipos que jugó, sería, sin embargo, el Internacional de Porto Alegre brasileño el que le haría saltar a la fama después de rechazar una oferta del Real Madrid y donde marcó uno de los goles para la historia, ‘El gol iluminado‘. Ya internacional absoluto (lo hizo en 47 encuentros y tres Mundiales), en ese equipo ganaría el premio de mejor jugador extranjero que jamás haya pisado la liga brasileña, en lo que sería un paso de cuatro años previo a su regreso a Chile.
Aunque sería su elección mejor jugador de América durante tres años lo que le catapultaría a los altares futbolísticos, esos donde 40 años después aún sigue perteneciendo a tenor de todos los reconocimientos que recibe año tras año.
Y es que como el mismo dice “no existe un imposible, somos el resultado de lo que pensamos” y “cada uno tiene el poder de conquistar sus sueños y por eso todo es posible». Don Elías Figueroa, simplemente, Mister Lujo.