Beckenbauer, el Káiser del fútbol mundial

Beckenbauer, el Káiser del fútbol mundial
El Káiser en su etapa como jugador de los NY Cosmos. FOTO: https://sp.depositphotos.com/

Posiblemente el jugador que a continuación describimos sea el mejor defensa de la historia. Elegante, fino pero al mismo tiempo contundente, efectivo, rápido o extraordinario al corte son algunos de los adjetivos que mejor describen a Franz Beckenbauer, el majestuoso central alemán de los años 70, que demostró al mundo que la defensa en el fútbol no estaba reñida con la creación.

Franz Beckenbauer, el Káiser se inició en el otro equipo de Munich

Nacido en 1945 en Múnich, sus primeros pasos con el balón fueron en el gran equipo de la ciudad en aquella época, el TSV 1860, club en el que permaneció en las categorías inferiores hasta los 14 años y que admiraba por uno de sus grandes ídolos, Fritz Walter. No en vano, Beckenbauer empezó jugando como delantero centro.

Entrada ya la adolescencia, sería el otro gran equipo de la ciudad, el Bayern de Múnich, el que se haría con los servicios y en el que comenzaría a despuntar. Ya en la temporada 63-64, el Káiser haría su estreno con su nuevo equipo, en un partido contra el Stuttgarter Kickers de la entonces liga regional del sur de Alemania . Sería el inicio de una brillante carrera de más de 13 años en el club bávaro.

Una carrera meteórica

En esa primera temporada, Beckenbauer consiguió clasificar a su equipo para la recién creada Bundesliga y de paso dio a conocer al mundo del fútbol sus principales cualidades: liderazgo, mando y carácter, además de una técnica y control de balón exquisito.

Pero sobre todo, si por algo destacó, fue por la creación de un puesto que hasta la fecha no existía: el de libero, una posición adelantada a la defensa, que servía de conexión con el medio campo y que tenía como principal misión la creación de juego, amén del correspondiente repliegue defensivo.

Esa nueva forma de ver el fútbol y de disposición táctica fue rápidamente valorada, y, en 1965, con tan solo 20 años fue convocado con la selección de la República Federal de Alemania. Un primer paso en el combinado alemán, con el cual llegaría a disputar solo un año después su primer mundial, el de Inglaterra 1966, donde Beckenbauer se daría a conocer al gran público.

En las islas británicas, el Káiser hizo bueno su ápodo y consiguió llegar a la final del Mundial, disputando todos los partidos del campeonato. Su buena colocación, e impecable salida con el balón en los pies fueron se vieron magnificadas por su excelente olfato goleador, ya que con 4 goles logró acabar tercero en la tabla de máximos goleadores del Mundial. Algo, sin precedentes, para un defensa.

El éxito con la selección se trasladó también al Bayern, que pasó de ser un conjunto de media tabla a ocupar los puestos de honor. De hecho, en 1966 y 1967, el equipo se hizo con la Copa de Alemania, y en 1969 con su primera Bundesliga.

El partido del siglo y su brazo en cabestrillo

De nuevo, en 1970, un Mundial volvería a resaltar la figura de Beckenbauer. México fue el escenario del brillo de las estrellas del momento como Pelé, Tostao, Cubillas o Banks. Pero también del líbero alemán. Si bien, Alemania no pudo alcanzar de nuevo la final del torneo, la imagen del Káiser contra Italia en semifinales, jugando con el brazo en cabestrillo dio la vuelta al mundo, y demostró la casta y raza de un jugador diferente, que consiguió ganarse aún más a la gente de su país.

Beckenbauer acabó jugando el Mundial de México 70 con el brazo en cabestrillo.
Beckenbauer acabó jugando el Mundial de México 70 con el brazo en cabestrillo. FOTO: Twitter

Los principios de la década de los 70 fueron sin lugar a dudas los mejores en la carrera del Káiser. A su gran condición física y técnica del momento, se le vieron acompañados una generación irrepetibles de compañeros como Sepp Meier o el «torpedo» Müller, que propiciaron una catarata de éxitos al Bayern de Múnich. Tres Bundesligas (1972,73,74) y otras Copas de Europa (74,75 y 76) se añadieron al palmarés de un jugador que además cosechó dos Balones de oro (1972 y 1976) y otros tanto de plata, además de cuatro nombramientos como mejor jugador alemán del momento.

Pero si importantes fueron sus tres Copas de Europa, sus momentos más brillantes los iba a vivir con la selección. En 1972, con la conquista de la Eurocopa de Bélgica, y en 1974, con el alzamiento de la Copa del Mundo por segunda vez en la historia de Alemania, y por primera vez en la carrera de Beckenbauer. Tras los fracasos del Mundial de México 70 e Inglaterra 66, esta vez Alemania era capaz de derrotar a la Holanda de Rinuls Michels y Johan Cruyff y alzarse por fin con el Mundial.

Un honor que permitió a Beckenbauer como capitán levantar el trofeo de mejor equipo del mundo y redondear su extenso palmarés en el que figuran todos los títulos posibles.

Aquel New York Cosmos con Pelé y el título campeón del mundo como seleccionador en el 90 pusieron el broche a su carrera

En 1976, el Káiser, con 31 años, decidió cambiar el viejo continente por el New York Cosmos, equipo con el que permaneció cuatro años en la NASL , antes de volver a Alemania en 1980, para jugar dos años con el Hamburgo y poner punto final a su gran carrera. En Nueva York coincidió con Pelé, Carlos Alberto y Chinaglia entre otros.

Era el epílogo para un hombre que seguiría vinculado al fútbol desde los banquillos con el mismo éxito de siempre: el de ser campeón del Mundo en Italia 90 dirigiendo a su querida Alemania. El 8 de enero de 2024, el Káiser falleció a los 78 años de edad dejando para siempre su legado como uno de los mejores futbolistas de la historia.

Julio Muñoz

Periodista, especialista en fútbol internacional y retro. Escribo en Colgadosporelfutbol.com y me puedes seguir en @juliomv1982

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