Última actualización 9 noviembre, 2022 por Alberto Llopis
Maracaná es seguramente el estadio más famoso del mundo. Creado en 1950 para albergar la fase final del Campeonato del Mundo de ese año, acoge el nombre en honor a un pájaro llamado así que solia sobrevolar el barrio de Rio de Janeiro donde se encuentra el estadio. Desde 1964, es también conocido como Mario Filho, periodista creador del periódico brasileño Jornal Dos Sports.
La historia viva del recinto proviene ya de su primer año, pues en él se disputó el famoso Maracanazo, la final del Mundial del 50, donde los uruguayos derrotaron contra pronostico a los anfitriones por 2-1. En ese partido, más de 200.000 personas siguieron el partido en directo para desolación de los seguidores brasileños. De hecho, como consecuencia de la victoria celeste, el estadio se pintó de azul en honor al campeón, desbaratando los planes de los directivos brasileños de pintarlo de blanco (recordemos que hasta el Mundial 54 Brasil, vestía de blanco).
Durante mucho tiempo, Maracaná fue considerado el estadio más grande del mundo, pues llegó a albergar a 210.000 aficionados en el partido entre Brasil y Paraguay valedero para la clasificación del Mundial 70. En clubes, llegó a dar cobijo a 194.603 espectadores durante el derbi Flamengo-Fluminense de la liga carioca. Hoy en día la capacidad se sitúa en 88.000 personas.
En él han jugado importantes figuras mundiales, destacando especialmente Pelé, quién logró en este mítico estadio anotar el gol 1000 de su dilatada carrera futbolística. Además, se han organizado multitud de conciertos musicales que han acogido a los mejores cantantes y bandas del momento, como Madonna, los Rolling Stone o Frank Sinatra.
Maracaná ha sido renovado completamente, cambiando su estado por uno más moderno y actual. Será sede aparte de la final de la Copa Confederaciones, de la fase final del Mundial 2014, así como de la final olímpica de las Olimpiadas de 2016. Una curiosidad, si lo visitan: no busquen la cabina de teléfono que había detrás de una portería porque la han quitado. Una pena.