Última actualización 15 febrero, 2021 por Alberto Llopis
El Mundial de Japón y Corea 2002 fue el primero del nuevo milenio significó también el primero disputado en Asia y a su vez compartido por dos países, Corea y Japón. Un campeonato disputado que acabó con Brasil ganando su quinto título a través de la resurrección futbolística de Ronaldo pero que sobre todo, defraudó, pues no se puede decir que el torneo respondiera a las altas expectativas.
Las mejores anécdotas del Mundial de Japón y Corea 2002
Defraudó el público que falló estrepitosamente. La lejanía con Europa y Sudamérica hizo que las grandes masas de seguidores de las potencias mundiales no acudiera en suficiente número. Ello se intentó corregir con el llamamiento al público local, que sin embargo, demostró no tener cultura futbolera.
Defraudaron los árbitros. Fueron muchas las ayudas que recibieron los equipos de casa. ¿Cómo olvidar el atraco que sufrieron Portugal, Italia y España ante Corea? Defraudaron, por supuesto, los equipos. Una Argentina plagada de estrella y con posiblemente una de las mejores generaciones de futbolistas de su historia (Verón, Crespo, Piojo, Kily, Ayala…) se despidió a las primeras de cambio al no poder vencer a Suecia e Inglaterra en la primera ronda. Las cosas le fueron mal a Francia, vigente campeona, que dijo adiós sin ni siquiera poder anotar un gol en lo que significó el fin para una generación gloriosa. Ello, sin contar, que Holanda, Colombia y la República Checa ni siquiera fueron.
Y también defraudaron los jugadores. Eto’o y Camerún no pasaron de la primera fase, Zidane estuvo perdido, Raúl no apareció cuando se le necesitó y baste decir que el mejor del torneo fue un portero: Oliver Kahn.
Francia la mayor decepción del torneo
La primera fase trajo una bomba tras otra. Francia cayó en el grupo A ante Senegal en su partido inaugural y tras sucumbir ante Dinamarca y empatar con Uruguay dijo adiós. Portugal, con Figo, Rui Costa y Pauleta entre otros, perdió cayó en un grupo donde estaba Corea, USA y Polonia. Argentina cayó con su eterno rival, Inglaterra, con un solitario gol de Beckham de penalti y apenas pudo sumar un insuficiente triunfo ante Nigeria. Precisamente, de los conjuntos africanos se esperaba mucho en esta primera fase y la realidad dictó sentencia: sólo Senegal pasó a octavos.
Los octavos de final trajeron nuevos aires al torneo. España, que había pasado brillantemente a dicha ronda, pasó a cuartos en una dramática tanda de penaltis ante Irlanda en un partido donde Casillas se convirtió en salvador al detener una pena máxima en el tiempo reglamentario y dos en las tandas. Brasil ganó 2-0 a Bélgica con goles de Ronaldo y Rivaldo. Aunque sin duda, el gran partido vino entre Corea e Italia. La selección transalpina cayó eliminada con mucha polémica después de una desafortunada actuación de Byron Moreno, el árbitro de aquel partido que expulsó a un jugador italiano por simular un penalti que en realidad lo era y que concedió un gol ilegal a Corea.
Lo mejor del torneo vino en los cuartos de final. Turquía bajó los humos a Senegal y accedió a sus primeras semifinales. Lo mismo se pudo decir de Alemania, que venció con un solitario gol de Ballack (una de las estrellas) a USA y configuró la primera semifinal.
La otra la disputaron Brasil y Corea. Los sudamericanos tumbaron a Inglaterra al vencerla por 2-1 con un gol de Ronaldinho de bandera que dio la vuelta al mundo. El astro brasileño sorprendió a Seaman con un lanzamiento lejano de falta que se coló por la escuadra.
Corea ganó a España al superarla en la tanda de penaltis después de un polémico arbitraje del egipcio Gamal Al-Ghandour, que anuló dos goles legales a una España que volvía a quedarse a las puertas de las semifinales.
La Brasil de Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho se proclamó campeona del mundo
En la antepenúltima ronda, se presenciaron dos discretos partidos. Brasil tumbó a Turquía por 1-0 y Alemania hizo lo mismo con Corea. Sin brillantez, dos de los equipos más laureados de la historia se enfrentaban en la gran final. Los germanos acudían sin haber encajado un gol y Brasil con un Ronaldo a pleno rendimiento.
Finalmente, Brasil demostró ser mejor y ganó por 2-0 merced a dos tantos de “El Fenómeno”, quién en uno de ellos se aprovechó de un error de Kahn, ironías del destino el mejor del torneo. Fue el colofón a un torneo discreto, que por cierto, vio como Hakan Sukur anotaba en la lucha por el tercer y cuarto puesto, el gol más rápido de la historia de los Mundiales, al hacerlo a los 11 segundos.