Última actualización 5 abril, 2024 por Alberto Llopis
El verdadero nombre de Dadá Maravilha era Darío José Dos Santos. Sus primeros pinitos como atleta los obtuvo en las favelas de Río de Janeiro, huyendo de la policía, dedicó gran parte de su vida a la “mala vida”, robando para comer; su madre falleció en un incendio cuando “Dadá” tenía escasos 5 años de edad. Tuvo una infancia infame.
Su primer fichaje fue por la policía en cuanto logró la mayoría de edad, cuando lo pillaron robando, en la correccional formó parte del equipo, sus dotes de atleta se acentuaron, saltaba como un felino y corría como una saeta.
Al poco tiempo de obtener su libertad fue fichado por Atlético Mineiro. No fue un gran jugador, pero era un rematador extraordinario, él lo sabía y ante el reproche de la prensa y afición sobre sus carencias llegó a defenderse diciendo: “no aprendí a jugar, ya que desperdicié demasiado tiempo haciendo goles”. Sus goles tampoco eran un espectáculo, a lo que respondía “no hay goles feos, lo feo es no hacer goles”.
Cuenta la leyenda que anotó más de 900 goles aunque la estadística oficial brasileña le concede 545 oficiales, lo que nadie le puede quitar son los 10 goles que anotó en un solo encuentro. Cifra récord.
Tenía un peculiar sentido del humor, y sus declaraciones siguen polemizando, hablaba de sí mismo en tercera persona: “conozco tres cosas que se suspenden en el aire: el colibrí, un helicóptero y Dadá en el área”.
«Sólo hay tres poderes en el universo: Dios en el Cielo, el Papa en el Vaticano y Dadá en el área”, “Con Dadá en el campo, no hay marcador en blanco”, la más polémica fue sin duda su declaración al ser cuestionado sobre sus actividades antes de disputar los encuentros: “me masturbo antes de los partidos porque quedo liviano como una pluma”.
En un encuentro ante Uberlandia, el conjunto de Belo Horizonte iba perdiendo 2-0 en el medio tiempo, al ingresar a los vestidores una aficionada le chifló a “Dadá” y con un lenguaje folclórico le pidió que se masturbara para salir liviano para el desenlace del encuentro, ni tardo ni perezoso Dadá se metió a la ducha y retrasó el encuentro, ya más “ligero” su equipo dio la vuelta al marcador 2-3, y sí, los 3 goles los anotó “Dadá Maravilha”, por lo que se ganó un nuevo tótem: “Dadá Punhetinha”.
Dadá defendió la camiseta de 17 equipos a lo largo y ancho de Brasil, y por su cantidad estrafalaria de dianas anotadas, su nombre está escrito con letras de oro en el futbol brasileño, al lado de Romario, Pelé, Arthur Friedenreich; pese a que no disputó un solo minuto, fue parte de los elegidos por Zagallo para levantar la copa del mundo en México 70, al lado de Pelé, Tostao, Gerson, Rivelino, Jaizinho y cia.