Última actualización 19 noviembre, 2023 por Alberto Llopis
La historia de como Dinamarca ganó la Eurocopa de Suecia de 1992 es una de esas historias de fútbol que se recordarán toda la vida. Siempre se había pensado que para ganar una gran competición, lo ideal era realizar una concentración larga previa donde los jugadores pudieran entrenar y concentrarse de manera continúa pensando en como enfrentarse a los grandes partidos que tenían por delante.
Sin embargo, la Eurocopa de Suecia 1992 desmitificó todas esas creencias, al coronar como campeón a una selección de Dinamarca que acudió al torneo como invitado de último momento como consecuencia de la expulsión de Yugoslavia.
Dinamarca ganó la Eurocopa de Suecia de 1992 acudiendo de rebote
La explosión de la Guerra de los Balcanes por el verano del 92 provocó que la UEFA tuviera que repescar «in extremis» a la selección danesa, segunda clasificada por detrás de Yugoslavia en el grupo de clasificación para la Eurocopa sueca.
Tan rápido fue todo, que muchos de sus jugadores estaban disfrutando de sus vacaciones en las playas y muy alejados de su mejor estado de forma. Otros, en cambio, como la gran estrella danesa del momento, Michael Laudrup, renunciaron al campeonato por considerar que se trataba de una improvisación de última hora.
Pero lo que iba a ser una improvisación, según palabras de Laudrup, iba a terminar siendo la gesta danesa de mayor calado de su historia. Los dinamita roja logró clasificarse para las semifinales del campeonato tras ganar a Francia por 2-1, empatar con Inglaterra a 0 y tener el único borrón de perder con los anfitriones por 1-0. El pase a las semifinales marcaría el punto de inflexión de los hombres dirigidos por Möller-Nielses, que iban a practicar en los dos últimos partidos el fútbol rápido y alegre con el que ya habían asombrado en México 86 antes de caer con España.
La selección de Holanda, aguardaba antes de llegar a la final, y ahí Dinamarca amparada en la suerte de los penaltis y en la gran actuación del ,por entonces mejor portero del mundo, Peter Schemeichel, que paró el penalti decisivo a Marco Van Basten, lograría el pase al partido decisivo tras concluir el tiempo reglamentario y la prórroga con empate a dos tantos.
En la final, los daneses iban a dar la campanada e iban a derrotar por 2-0 a la todopoderosa Alemania, que veía como unos chavales que se encontraban hacía apenas un mes en la playa levantaban la copa de campeones de Europa.