Última actualización 10 noviembre, 2021 por Alberto Llopis
Había un tiempo, en el fútbol de antes en el que se jugaban partidos Europa-América. Cogemos la máquina del tiempo y revivimos aquellos célebres partidos amistosos que levantaban ampollas en todo el planeta. Los famosos duelos entre selecciones nacionales poderosas y los combinados del resto del mundo, o yendo más allá, el enfrentamiento que un 31 de octubre de 1973 protagonizaron Europa-América en el Camp Nou.
Aquellos partidos Europa-América
La voracidad de la actualidad, un calendario cada vez más apretado apenas deja tiempo para iniciativas tan lejanas e interesantes como éstas. ¿Por qué a quién no le gustaría tener por una vez en el mismo equipo a las grandes estrellas del momento contra por ejemplo España, Alemania, Italia, Inglaterra o Brasil? Pues eso que hoy parece tan remoto era algo no muy frecuente pero sí al menos esporádicos en otros tiempos.
Uno de esos choques amistosos de más calado y relevancia por la calidad de los oponentes es el ya comentado partido Europa-América. Una cita por todo lo alto aunque con escasa entrada (15.000 espectadores) celebrado en Barcelona que contó con lo mejor de los dos continentes más futboleros por antonomasia. Por parte europea ,estuvieron figuras del nivel de Johan Cruyff, Franz Beckenbauer, Juan Sol o Eusebio. Por parte americana (más concretamente sudamericana), anduvieron talentos como Cubillas, Sotil, Rivelino, Brindisi, Fernando Morena o Héctor Chumpitaz, el hombre que marcó el definitivo 4-4 con que acabó el partido ´(en los penaltis ganaría América) y que se ganaría a raíz de ahí el apodo de «capitán América», pues no en vano ejercía de tal condición.
Más allá del resultado lo bonito fue ver juntos a un trío mágico como Eusebio, Cruyff o Beckenbauer hacer las delicias de los espectadores y ver qué combinado era mejor. Una iniciativa interesante y la única que ha enfrentado a los dos continentes, si bien han existido similares encuentros bajo otras denominaciones.
Aquellos partidos entre selecciones nacionales y combinados de resto del mundo
Inglaterra por ejemplo jugó contra un combinado del resto del mundo para conmemorar el centenario del fútbol en los años 60 donde salvo Pelé (el Santos no lo quiso enviar por si se lesionaba) y Rivera estuvieron lo mejor de lo mejor del planeta con Yashin (URSS), Soskic (Yugoslavia), Djalma Santos (Brasil), Eyzaguirre (Chile), Popluhar, Pluskal y Masopust (Checoslovaquia), Schnellinger y Uwe Seeler (Alemania), Kopa (Francia), Baxter y Law (Escocia), Eusebio (Portugal) y los madridistas Di Stéfano, Puskas y Gento.
No fue el único ejemplo. Brasil también lo hizo, y en los años 80 y 90 hubieron varios encuentros más de tal calibre. En 1990, un 22 de febrero en Tokyo se dieron cita futbolistas de la talla de Platini, Socrates, Butragueño, Michel, Rummeningge, Plaff, Kempes o el mismísimo Maradona como antesala del Mundial de Italia 90.
Algo que se repetiría en 1992, en 1995 o 1997 y que contaría con el beneplácito de los mejores jugadores de esos momentos. Y es que hasta la temporada 98-99 era normal que cada cierto tiempo los astros del momento se juntaran en un mismo campo de fútbol. Sin embargo, la falta de competitividad y la «ausencia de un verdadero título oficial» acabaron pasando factura a esta iniciativa, que no obstante, a nivel de marketing sí que podría ser optima a día de hoy.
¿Quién ganaría en la actualidad?
Una de las más grandes preguntas es quién ganaría en la actualidad si jugaran partidos Europa-América o quién ha tenido los mejores jugadores a lo largo de la historia. Seguramente, lo primero nadie lo sabrá si no juegan otra vez. Lo segundo es todavía aún más complicado de resolver. Desde siempre ambos continentes han dispuesto de lo mejor de lo mejor, si bien con características diferentes en líneas generales (hay que contar con las lógicas excepciones). Los jugadores europeos suelen o han sido por norma más fuertes, rápidos y mejores tácticamente. Los sudamericanos más creativos, con más técnica y un mejor golpeo de balón.