El FC Anzhi, el equipo que viene

El FC Anzhi de la liga rusa es un equipo de moda en los últimos tiempos debido a una serie de particularidades que lo hacen ser portada de numerosos diarios de forma reiterada. Ubicado en Daguestán, a unos 2000 km al sur de Moscú, este club es uno de los más firmes candidatos a ocupar los lugares de honor del fútbol europeo en los próximos años.
Mucha culpa de ello la tiene la entrada del multimillonario ruso Suleyman Kerimov, dueño de muchas de las principales compañías petrolíferas y de gas de la zona de Daguestan, y con una fortuna estimada en más de 7.800 millones de dolares.
Su llegada en 2011 revolucionó la estructura de un club que hasta la fecha solo había destacado en el año 2000, cuando consiguió un cuarto puesto en la Premier League rusa que le valió para jugar al año siguiente por primera vez en su historia la Copa de la UEFA, competición de la que fue apeado en primera ronda por el Glasgow Rangers.
La entrada de Kerimov, sin embargo, ha supuesto una enorme inyección económica al club, que aspira a convertirse en un referente. Para empezar, el Anzhi se ha hecho con los servicios de Guus Hiddink en el banquillo. Un entrenador de experiencia que además cuenta con el apoyo del exmadridista Roberto Carlos. El brasileño, antiguo jugador del equipo, es ahora director deportivo de la institución y mano derecha de Kerimov. Es uno de los baluartes principales de este proyecto.
Ya dentro del césped, el magnate ruso no ha escatimado en gastos. Samuel Etó’o es la gran figura del equipo después de su fichaje el pasado invierno. Con 20 millones de euros por año, es el futbolista mejor pagado del mundo. A él, le acompañan otras figuras de renombre como el ruso Yuri Zhirkov o Mark Boussoufa, todos ellos pagados de forma extraordinaria.
Pero además de este tremendo desembolso, existen otras cosas que hacen atractivo y curioso el club. El equipo entrena y vive en Kratovo, una zona residencial lujosa a unos 48 kms de Moscú, con objeto de evitar las tensiones sociales que sufre la zona de Daguestan. Allí, cada jugador dispone de todas las comodidades imaginables posibles. Habitaciones individuales con la última tecnología posible, guardaespaldas privados para los jugadores o traductores son alguno de los ejemplos del mimo de Kerimov a sus futbolistas.
El único handicap es que al vivir cerca de Moscú, cada vez que el equipo juega, debe viajar a Daguestan a jugar sus partidos en el Estadio Dinamo de Makhashkala, situado a 1800 kms de la capital rusa. Un obstáculo que no obstante es salvado con el avión privado del presidente, puesto a disposición de la plantilla para los días de partido. Así ir a jugar el partido, se convierte en una especia de ir a comprar el pan a la vuelta de la esquina.
La ambición del club pasa en los dos próximos años por disputar la Champions League y construir un estadio cinco estrellas con capacidad para 40.000 personas. Para una vez conseguido esto, lograr llegar a reinar Europa. Ambicioso proyecto, pero de momento, el equipo ya ha terminado

Julio Muñoz

Periodista, especialista en fútbol internacional y retro. Escribo en Colgadosporelfutbol.com y me puedes seguir en @juliomv1982
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