Última actualización 11 febrero, 2021 por Alberto Llopis
Hubo una vez en que se jugó un partido Alemania vs Alemania. El partido que disputaron el 22 de junio de 1974 la República Federal de Alemania (RFA) y la República Democrática alemana (RDA) no pasará a la historia como uno de los mejores encuentros que se hayan visto en la historia del fútbol. En cambio si lo hará por ser el único partido que ha enfrentado a un mismo país contra si mismo. Un duelo que evidenciaba dos estilos políticos y de vida enfrentados: capitalismo contra comunismo.
Alemania vs Alemania, el día en el que un país dividido en dos se enfrentó en un partido de fútbol
Ocurrió en el Volksparkstadion de Hamburgo durante la última jornada de la fase de grupos del Mundial 74 de Alemania. Lleno hasta la bandera ( con más de 1500 aficionados venidos de la RDA), las dos selecciones ya clasificadas, debían dilucidar quién de ellas accedería como primera de grupo a la segunda fase. Sin embargo, y a pesar de tener el pase asegurado a la siguiente ronda hubo mucho en juego. Honor, prestigio, política, en fin…algo más importante que una simple victoria, la escenificación de que sistema político era mejor.
Ello se vio reflejado en el terreno de juego, donde la tensión y los nervios rodearon a ambas selecciones. Un excesivo miedo a perder propinó un partido con escasas oportunidades donde lo más destacable llegaría en el minuto 77 de encuentro cuando Jürgen Sparwaser conseguiría anotar el único gol del partido que dio la victoria a la RDA.
Fue algo más que un gol, fue la victoria de una selección que debutaba en un Mundial por primera vez y que lo hacia a lo grande, derrotando a su otra mitad. Enfrente, los Berti Vogts, Frank Beckenbauer, Müller o Meier no daban crédito a lo ocurrido. Las cosas, no obstante, cambiaron drásticamente en la siguiente fase donde la RDA quedó eliminada en un terrible grupo con Argentina, Brasil y Holanda. Por su parte, la RFA conseguía el torneo al derrotar en la final a la «Naranja mecánica» de Johan Cruyff.
La importancia del partido, único entre ambas, fue tan grande que en la Expo de Hannover 2000 se dedicó una estatua al autor del gol, Jürgen Sparwasser, el mismo que dijo que “si en mi lápida escriben sólo ‘Hamburgo 74’, la gente sabrá quién yace allí debajo”.