Última actualización 18 noviembre, 2021 por Alberto Llopis
El Mundial de USA 94 fue histórico por ser el primero que se celebraba en un país como el norteamericano. En 1994, el sueño de millones de personas se hacía realidad. Por fin, la gran potencia económica se hacía eco de la realidad deportiva imperante en el resto del planeta y acogía el Mundial de fútbol, la mayor competición deportiva después de los Juegos Olímpicos.
Un país con escasa tradición futbolera, que sin embargo, iba a ofrecernos un torneo extraordinario, lleno de sorpresas y con unas instalaciones espectaculares, entre las que se incluían un estadio cubierto (el Pontiac Silverdome de Detroit) y hasta un total de cuatro recintos más que superaban las 75.000 localidades, entre ellos, el Rose Bowl de Los Angeles, sede de la final.
El Mundial de USA 94, un espectáculo made in USA
Un total de 24 equipos participaron en un evento que dejó fuera a Uruguay, Inglaterra-por primera vez no acudía un equipo de las Islas- y Francia, eliminada por segunda vez consecutiva en la fase de clasificación, esta vez en casa ante una desconocida Bulgaria y en el último minuto. Ausencias importantes que no obstante no privaron de ver al resto de potencias, como Brasil (que acudía con Romario, Bebeto y un joven llamado Ronaldo), Argentina (que iba con Maradona) o Alemania, que por primera vez, se presentaba de forma unificada.
Los 24 combinados nacionales se dividieron en seis grupos. Lo más destacado de esta primera fase fueron la inútil victoria de Rusia sobre Camerún por 6-1 y la sanción a Maradona por dopaje. Los rusos vencieron de forma rotunda a los africanos con cinco tantos de Oleg Salenko (récord de un partido mundialista) pero quedaron eliminados después de pinchar ante Brasil y Suecia.
Para el recuerdo y de forma anecdótica quedará el gol de Roger Milla, que con 42 tantos se convirtió en el goleador más veterano de la historia de los Mundiales. Respecto a Maradona, hay que decir que USA 94 significó el fin a primer nivel de su carrera. Su espectacular comienzo con gol y goleada ante Grecia acabaron después de dar positivo ( por efedrina, norefedrina, pseudoefedrina, norseudoefedrina y metaefedrina, cinco sustancias que tienen efectos estimulantes y que también ayudan a perder peso) ante Nigeria.
Poco más de interés dejó la primera fase más allá de una gran España que guiada por Caminero y medio Barcelona (Clemente, su seleccionador se cargó a la Quinta del Buitre) empató con Alemania a 1. Italia, una de las grandes favoritas, logró pasar con una victoria en un grupo E donde todas las selecciones acabaron con cuatro puntos.
El Mundial de EEUU se puso interesante tras la fase de grupos
Como suele ocurrir en estas citas, las fases eliminatorias iban a deparar lo mejor y más emocionante del campeonato. No los octavos de final, que apenas nos dejaron para el recuerdo el triunfo escueto de Brasil ante el anfitrión por 1-0 o la pírrica victoria de Italia ante Nigeria en la prórroga después de salvar los muebles en los últimos minutos. Pero sí, los cuartos, sin duda, lo mejor del torneo.
Dos de los mejores partidos se dieron en esta ronda. España cayó ante Italia por 1-2 después de un partido agónico donde Roberto Baggio sentenció a una España que pudo haber hecho algo más de no haber errado Julio Salinas una oportunidad ante Pagliuca clamorosa y de haber visto el colegiado húngaro Sandor Puhl un codazo de Tassotti sobre Luis Enrique.
Si el partido España-Italia fue bueno no menos lo iba a ser el Holanda-Brasil. Los brasileños acabaron ganando por 3-2 a la Holanda de Bergkamp (que había viajado en barco por miedo a volar) en un encuentro donde Romario y Bebeto demostraron ser dos de los mejores delanteros del mundo.
Italia por un lado, Brasil por otro, el caso es que las selecciones más exitosas de la historia se iban a ver las caras con dos equipos que inesperadamente se clasificaban para semis. La Bulgaria de una generación irrepetible de futbolistas comandados por Hristo Stoichkov, Letchkov y Kostadinov y la Suecia de Thomas Brolin, Martin Dahlin y su célebre portero Ravelli. Dos buenas selecciones que venían de ganar a Alemania y la Rumania de Hagi pero que, sin embargo, no iban a poder evitar la gran final deseada: Italia- Brasil.
Si bien era esperada por todos, lo cierto es que lo peor del campeoanto fue la gran final. Las dos selecciones con miedo empataron a 0 en lo que significó la primera final sin goles decidida desde los penaltis. En ellos, Brasil ganó, entre otras cosas, porque aprovechó el error definitivo de Roberto Baggio, quien curiosamente había sido uno de los mejores jugadores del Mundial. Brasil era tetracampeona del mundo. Un penalti que tuvo su dosis de misterio con la misteriosa profecía del Lobo Zagallo.