Última actualización 24 septiembre, 2021 por Alberto Llopis
Ricardo Bochini es uno de los mejores jugadores que ha dado Argentina, por lo menos de los de más talento. El «Bocha» como era llamado, fue contemporáneo de Diego Armando Maradona, incluso ganaron el Mundial de México 1986 juntos, en la misma selección. Todo el mundo recuerda a Maradona. El «pelusa» se consagró como uno de los más grandes pero siempre dijo que él, que Bochini, fue el más grande, su maestro.
En este artículo queremos recordar a este crack que en Europa quizás no es conocido pero que en Sudamérica, sobre todo en Argentina, es un auténtico ídolo de masas. Y es que quien vio jugar al «Bocha», dice que fue un espectáculo, un jugador por los que vale la pena amar este deporte.
Ricardo Bochini, toda una vida dedicada a Independiente
Bochini nació el 25 de enero de 1954 en Zárate, Argentina. Jugó toda su carrera en Independiente, en concreto desde 1972 a 1991, año en el que se retiró debido a una lesión. Fue un mediapunta, un enganche como llaman allí a este tipo de jugadores, pequeñito, técnico, elegante y con gol. De su mano, Independiente, logró los mayores hitos de su historia.
Con Ricardo Bochini, diez a la espalda mediante, el conjunto argentino ganó cuatro veces la Copa Libertadores, dos veces la Copa Intercontinental, tres Copas Interamericanas y varios campeonatos nacionales. Casi nada. Como ya hemos dicho, jugó toda su carrera en Independiente, en concreto un total de 638 partidos, 714 contando las competiciones internacionales, siendo el jugador que más veces ha vestido su camiseta. Es también el segundo jugador con más partidos en el fútbol argentino tras Loco Gatti.
La dupla Bochini-Bertoni, legendaria en Independiente
En el cuadro argentino, todavía recuerdan la dupla que hicieron él y Daniel Bertoni, así como el campeonato ganado casi dramáticamente el 25 de enero de 1978. Los aficionados argentinos más veteranos recuerdan un partido que pasó a la historia y que encumbró al «Bocha» hasta lo más alto. Independiente y Talleres de Córdoba se jugaban el campeonato en una Argentina que vivía bajo la dictadura de Videla.
Según cuentan las crónicas, el gobernador de Córdoba, el general Luciano Benjamín era uno de los hombres fuertes de Videla y según dicen estaba muy interesado en que Talleres ganara el campeonato, porque era bueno para su provincia. Según cuentan, los árbitros fueron presionados por el militar que supuestamente llegó a amenazar a los trencillas para que pitaran a favor del equipo de Córdoba.
Lo cierto y esto es la realidad, es que Independiente acabó el partido con ocho jugadores tras tres expulsiones por protestar un gol con la mano, lo que hizo que la gesta del equipo y de Ricardo Bochini, con la colaboración de Bertoni, fuera de carácter épico, casi con tintes de fútbol romántico.
Imaginen, partido con el título en juego, minuto 38 de la segunda parte y gana Talleres de Córdoba por un dos goles a uno, la ida en Avellaneda había acabado con empate a un gol. Para más inri, el equipo del Bocha, se encuentra con ocho jugadores sobre el campo, todo parece perdido, el campeonato se va. En el fútbol como en la vida, todo puede cambiar en un segundo y eso es lo que ocurrió en esos últimos minutos de partido.
Fue tan genial e impresionante que queremos transcribir la historia contada por el mismo protagonista:
«A los 38 minutos, Pagnanini me dejó la pelota en el medio de la cancha. Gambeteé a uno, se la toqué a Bertoni, Bertoni se la dio a Biondi, le salió Guibaudo, el arquero de ellos, y Biondi hizo una gambeta larga para sí mismo, levantó la cabeza, me vio y me la tiró. Yo venía a la carrera y, como había dos jugadores de ellos tapando el arco, le pegué bien arriba. Entró ahí nomás, apenas debajo del travesaño».
Así relataba Ricardo Bochini el gol del empate, el gol que le dio el título al cuadro rojo ya que los goles fuera de casa valían doble, el gol más celebrado y gritado de toda su carrera, su título más difícil y hablamos de un jugador ganador varias veces de la Intercontinental, la Libertadores e incluso de un Mundial. Precisamente esto último, le sirvió para sacarse un poco la espina que tenía clavada con la selección.
El Mundial de México de 1986, un premio a su carrera
Pese a tratarse de uno de los mejores jugadores de la historia de Argentina, no logró consolidarse en la selección albiceleste. Menotti lo convocó para los partidos previos al Mundial de 1978 pero se decidió por otro jugador y no llevó al «Bocha» al equipo que ganó el Mundial en su propio país, en un Mundial muy polémico.
Tampoco acudió al de 1982 en España, pese a estar en uno de los momentos más dulces de su carrera. Finalmente y según se dice, acudió al de 1986 en México por petición expresa de Maradona, quien nunca escondió que Ricardo Bochini era uno de sus ídolos. Sin duda una buena referencia del nivel del eterno 10 de Independiente.
Ricardo Bochini se proclamó campeón del Mundial de México 1986 con Argentina y compartió incluso unos minutos con Maradona en el partido contra Bélgica. En el momento de entrar al campo, el «pelusa» le recibió de la siguiente manera: «pase maestro, le estábamos esperando». Amén.