Última actualización 8 enero, 2024 por Alberto Llopis
Año 1998, Enmanuel Petit gana con Francia el Mundial del que él y su selección eran anfitriones. Lo hace como una de las piezas clave de una selección que haría historia. A su vez, este francés de larga coleta rubia e imagen de galán de los noventa, se encuentra en ese momento triunfando en las filas de un Arsenal que ese mismo año había arrasado en la Premier y había ganado también la FA Cup.
Todo esto, subió su cotización hasta el limite que en el año 2000 y con parte de los diez mil millones de pesetas que el Barcelona presidido por Joan Gaspart, había cobrado por el traspaso de Figo al Real Madrid, decidió invertir en este jugador que en ese momento era un superclase mundial.
La rajada de Petit sobre su etapa en el Barcelona
Nacido en 1970, su paso por el Barcelona fue un auténtico desastre más si cabe después de haber costado 2500 millones de las viejas pesetas y haberle puesto un salario mareante. No llegó a cuajar ni dentro ni fuera del campo donde su estancia aparte de improductiva para el club y de ser una ruina económica, fue un auténtico infierno para el francés. Así lo llegó a contar en sus memorias donde llegó a afirmar que los directivos del Barcelona de aquella época «eran unos liantes, parecían vendedores de alfombras».
También se despachó con el que fuera su entrenador Lorenzo Serra Ferrer al que llegó a llamar «payaso e incompetente». Su situación en Barcelona fue tal que reconoció que muchas veces abandonó los entrenamientos llorando e incluso llegó a instalar un «Punching Ball»en su garaje para no acabar agrediendo a nadie pues él mismo afirmó que llegó a «tener ganas de hacer daño a alguien».
Posiblemente, aquella fue la peor época del Barcelona en las últimas décadas. Y es que la gestión de Joan Gaspart, no pasará a la historia como ser una de las mejores ni en materia de fichajes, ni económica ni deportiva donde se llegó a celebrar una cuarta plaza en 2001 tras aquel golazo de chilena de Rivaldo en el último minuto. Unos tiempos que ahora parecen muy muy muy lejos sobre todo en las condiciones en las que se mueve el fútbol profesional español actualmente.