Última actualización 22 junio, 2019 por Alberto Llopis
La respuesta es sí, la Copa América sí ha perdido nivel… y bastante. El torneo de selecciones de fútbol más antiguo del mundo ha degradado su calidad de juego de forma muy evidente. No se trata de la cantidad de las estrellas ni del número de equipos que acuden a la cita. De hecho, durante los últimos doce años cada conjunto nacional pudo contar con sus mejores futbolistas.
No obstante, ¿cómo es posible que el espectáculo sea cada vez peor? La situación podría parecer paradójica. Sin ir muy lejos, en la Copa América Venezuela 2007 no estuvieron los brasileños (balones de oro) Kaká o Ronaldinho. Ambos eran en ese momento las estrellas más grandes del fútbol mundial y, sin embargo, la caraninha ganó el trofeo. En todos los partidos de ese campeonato hubo emoción, buen juego y excelencia deportiva.
La comparación eterna con el fútbol europeo
Normalmente, los grandes cracks del fútbol suramericano preferían descansar después de las largas temporadas en sus clubes de Europa. Desestimar el llamado de la selección nacional era una opción para las estrellas de países como Brasil o Argentina. Tal vez por allí comenzó el problema. Lo más frecuente era ver en la Copa América futbolistas jóvenes, firmes promesas hambrientas de gloria (y de un buen contrato).
En cambio, siempre ha sido impensado que un futbolista europeo no acudiese al campeonato continental por voluntad propia. Los técnicos seleccionadores de Europa nunca tuvieron que “tratar de convencer” a su súper estrella local. Al respecto, José Mourinho declaró (2012) “la Eurocopa es como disputar un mundial sin Argentina y Brasil”. Es decir, el nivel de calidad y de espectáculo en la Eurocopa nunca han estado en duda.
Los problemas de la Copa América y del fútbol sudamericano en general
El reducido número de selecciones nunca ha sido –ni será– una excusa válida. Todo lo contrario, en Sudamérica casi todos los partidos son “un clásico”, cargados de rivalidad regional y pierna dura. La fantasía brasileña, el buen trato de balón argentino, la “garra” uruguaya, el poder aéreo paraguayo… Cada selección buscaba la victoria con su propia forma de entender el juego. Una contienda perfecta entre estilos futbolísticos.
Entonces, ¿cuál es la causa de la pérdida de nivel de la Copa América actualmente? Descartados el número de selecciones y el estilo de juego como causas probables, solo queda un factor: es un mal endémico. Mientras el fútbol europeo ha evolucionado, el balompié latinoamericano se ha estancado. Como evidencia clara está el hecho de que la última selección suramericana en ganar un mundial fue Brasil (2002).
La mediocridad institucional es clave
El problema viene generado desde la sociedad, los gobiernos y la idiosincrasia particular del latinoamericano (no solo en Sudamérica). Las falencias (corrupción, desigualdad, falta de transparencia…) típicas de estos países se manifiestan también en sus federaciones deportivas. Esto ha generado un saldo de mediocridad institucional muy dañino para el fútbol a largo plazo.
No es casualidad, las únicas selecciones del continente americano que han demostrado grandes avances son Estados Unidos y Canadá. Tampoco es mera coincidencia el crecimiento futbolístico de naciones como Japón, Corea del Sur o Australia. Lo cual, es muy notable sobre todo en el fútbol femenino de dichas naciones.
Las políticas gubernamentales y el entorno social suelen ser determinante para el rendimiento de los conjuntos deportivos. Este fenómeno no se manifestó hasta el establecimiento de la ciencia aplicada al deporte (a partir del año 2000). La organización, la disciplina y las tecnologías, han dado ventaja a los países desarrollados. En consecuencia, en portales como bet365 casino suelen favorecer a equipos europeos.
No es nuevo la participación de portales de apuestas se vean envueltos en todo este mundo, de hecho, es sumamente común y forman parte de la jugada. Plataformas como mejorcasinoonlineespanol.com albergan las casas de juegos que más influencia tienen en los partidos relacionados con el mundo hispanoparlante.
El factor Concacaf
Una pregunta importante: ¿por qué existen dos confederaciones de fútbol (Concacaf y Conmebol) en el mismo continente (América)? Es como si en Europa la UEFA decidiera crear “UEFA Occidental” y “UEFA Oriental”. Bueno, en América sucede exactamente ese absurdo: Concacaf (centro y norte) y Conmebol (sur). La respuesta se compone de tres partes simples: corrupción, más corrupción y muchísima corrupción.
Ni a Concacaf ni a Conmebol les interesa realmente crear una confederación continental única más fuerte. Cada uno quiere guardar su “pedazo del pastel” sin importar si el nivel deportivo es mediocre. Concacaf (especialmente México) desea mantenerse aparte para evitar competir por plazas mundialistas con equipos de Sudamérica.
En Conmebol es “normal” que existan incongruencias al momento de elegir autoridades, elaborar calendarios y designar los árbitros. Ni siquiera realizan una petición a Concacaf para intercambiar colegiados durante las eliminatorias al mundial y así evitar conflictos de intereses. No, en Suramérica un partido clasificatorio entre Uruguay y Ecuador –por ejemplo– lo pita un árbitro chileno. Mientras Chile también está en el mismo grupo.
En la Copa América es tradición invitar a selecciones de otras confederaciones para completar un torneo con al menos doce participantes, así se puede hacer una fase de grupos, el formato del torneo es más largo y se generan más ingresos. Pero generalmente los equipos que aceptan dicha propuesta mandan a sus conjuntos sub-23 en lugar de la selección absoluta. Y peor aún es… ¡Conmebol lo acepta!
La última Copa América organizada entre las dos confederaciones ocurrió en el año 2016. Fue un torneo bastante competitivo en comparación con los escuetos campeonatos celebrados en Chile (2011) y Argentina (2015). En Brasil 2019 se ha regresado a los viejos vicios. Aunque Qatar (campeón asiático) mandó un buen equipo de mayores, Japón envió a la sub-23.
Los “antivalores” del fútbol sudamericano
Los medios de comunicación –lamentablemente– han contribuido a resaltar la viveza innata del latinoamericano como una cualidad deportiva. Por ejemplo: ESPN + trata a Luis Suárez como un ídolo latinoamericano (¡es en serio?). Además, Conmebol tiene políticas incongruentes referentes al buen juego y a la seguridad de los espectadores.
El caso grave más reciente se demostró en la final de la Libertadores 2018 entre Boca Junios y River Plate. Ni siquiera debió disputarse después de la agresión de los fanáticos de River a los jugadores de Boca. Pero el “show debe continuar”. Los derechos televisivos que cubrir son más importantes; es mucha plata en juego.
La imagen más deplorable de la Copa América Argentina 2015 fue protagonizada por el chileno Gonzalo Jara. El defensa central de “la roja” metió su dedo en el trasero del uruguayo Edison Cavani, quien respondió con violencia. Cavani terminó expulsado, está bien… pero, ¿cómo es posible que después Conmebol no haya sancionado a Jara? Es más, jugó la final y Chile fue campeón.
Muy diferente actuó el club dueño de la ficha del chileno, el Bayer Leverkusen de Alemania. Los directivos del club al ver las imágenes decidieron rescindir unilateralmente su contrato y multaron al jugador con 20.000 €. Adicionalmente, la Bundesliga prohibió a Jara jugar durante un año en cualquier equipo de ese país. ¡Eso sí es ser congruentes!