Moscú como gran capital europea también puede presumir de contar con uno de los mejores estadios del Viejo Continente y de todo el mundo: el Estadio Olímpico Luzhnikí. Construido en 1956 y llamado Estadio Central de Lenin (cuenta con una estatua gigante en su honor en el exterior) en sus inicios, este estadio puede presumir de ser sede de dos de los más grandes equipos de la ciudad, el Torpedo y el Spartak – el CSKA también juega algunos partidos importantes- , así como de la selección de fútbol rusa.
Inaugurado sólo 90 días después de empezar los trabajos de su construcción (vinieron ingenieros y arquitectos de toda la URSS ya que se trató de una obra nacional), el primer partido que acogió fue un amistoso entre la URSS y China un 31 de julio de 1956 que acabó con victoria soviética por 1-0.
A orillas del rio Moscova, su capacidad inicial era de 102.000 espectadores, que sin embargo a día de hoy han quedado reducidos a 78.000. Como gran escenario, han sido muchas las competiciones y eventos que ha acogido. Especialmente, una destaca por encima de todas, los Juegos Olímpicos de 1980, de ahí precisamente su pista de atletismo. Unas Olimpiadas que vio coronarse a Checoslovaquia medalla de oro por delante de la antigua Alemania del Este.
Catalogado como estadio cinco estrellas en 1999 ( todos los asientos están cubiertos para evitar los rigores del frío), evidentemente el Luzhnikí también ha albergado finales europeas. Sin ir más lejos la final de la Copa de la UEFA 98-99 que significó el tercer gran título europeo del mítico Parma de Verón, Crespo, Buffon, Thuran o Cannavaro ante el Olympique de Marsella. También como la final de la Champions 2007-08 que protagonizaron Chelsea y Manchester United y que acabó con victoria de los «red devils», en un partido que pasará a la historia por el resbalón inoportuno de John Terry.
Lo más nostálgicos también recordaran que el estadio fue sede de la final del Mundial sub-20 que enfrentó a la Brasil de Taffarel, Dida o Jerson con la España de Unzué, Rafa Paz, Marcelino, Fernando o Goicoetxea, y que terminó con triunfo canarinho.
Desgraciadamente, y como muchos de los grandes coliseos europeos, el Luhnikí también tiene una historia negra que contar, la ocurrida un 20 de octubre de 1982, en un partido de Copa de la UEFA que disputaban el FC Spartak de Moscú y el Haarlem holandés, donde hubo una avalancha humana motivada por el embotellamiento que formaron cientos de personas que querían regresar al estadio al lograr el equipo local su segundo gol, encontrándose con otros tantos cientos de aficionados que querían salir del estadio y que concluyó con 66 muertos oficiales y 61 heridos, la mayoría de ellos adolescentes. Un suceso que se recuerda a la entrada del campo con un placa que homenajea a los muertos.
Escenario de grandes conciertos internacionales (han cantado Michael Jackson, Madonna o los Rolling Stone), una de las particularidades del estadio es su césped artificial Field Turf, que hace que sea uno de los pocos grandes estadios del mundo en utilizar este tipo de hierba sintética que permite seguir disputando encuentros durante el duro invierno moscovita.
Sede del Mundial de atletismo de 2013, su gran acontecimiento, sin embargo, vendrá en 2018 cuando albergue por primera vez una Copa del Mundo, donde además de acoger la gran final, tendrá la fortuna de abrir el torneo con l encuentro inaugural. Para ello, aumentará su aforo a 88.000 personas y suprimirá la pista de atletismo. Un nuevo aspecto que contrastará con aquellas imágenes que durante tanto tiempo le hicieron famoso: el de aquellos partidos europeos jugados en condiciones extremas de frío y nieve. Estadio Luzhnikí, la joya de la corona del fútbol ruso.