Última actualización 10 marzo, 2022 por Alberto Llopis
Muchas veces la vida es una casualidad y si no que se lo digan a nuestro personaje: el genial Eusebio. La «pantera de Mozambique», aquel espectacular jugador de los años 60 que deslumbró al fútbol por su vertícalidad, precisión y capacidad goleadora. Una mezcla de todo en uno,que lo convirtió en uno de los mejores futbolistas de la historia de Portugal junto a los Cristiano Ronaldo, Luis Figo o Paulo Futre.
Carrera en Mozambique y llegada por casualidad a Portugal
Nacido en 1942 en la otrora colonia portuguesa de Mozambique, la llegada de Eusebio a Portugal estuvo marcada por la fortuna. Su buen hacer en el equipo del Sporting Lourenço Márquez (actual Maputo, capital de Mozambique), era evidente donde destacaba por sus goles, su joven edad y tremenda velocidad (no en vano, era capaz de correr los 100 metros en 10,8 segundos, solo 8 décimas por encima del récord del mundo). Sin embargo, nada hacía presagiar que conseguiría arribar a Lísboa de la forma que lo haría.
Siendo el Laurenco Márquez filial del Sporting lisboeta, su futuro parecía ir unido a los blanquiverdes. Sin embargo, una conversación en una peluquería de la capital lusa sobre un muchacho que sobresalía en Mozambique de forma casi sobrenatural hizo que Béla Guttman, entrenador entonces del Benfica, decidiera cambiar el rumbo de la historia.
Asombrado ante la catarata de elogios de varios clientes, el entrenador hungaro del Benfica no se lo pensó dos veces y decidió ir a verlo en directo a Mozambique, donde confirmó que las palabras de aquellos hombres no hacían nada más que reflejar el talento de un futbolista descomunal.
Pese a todo, había un escollo importante para que la perla de 17 años recalase en el Estadio da Luz. Eusebio al jugar en el filial del Sporting había prometido ingresar en las filas del club sportinguista. No obstante, Guttman decidió tirar la casa por la ventana y le ofreció el doble de lo que cobraba la estrella del equipo en aquel momento, el genial Mario Coluna.
La odisea para llegar a Portugal, digna de una película de la época
Sin embargo, no era fácil la llegada del jugador a Portugal debido al posible conflicto que podía suscitarse entre Sporting y Benfica. De ahí que su viaje a Europa fuera merecedor de un «oscar» al mejor guión de ciencia ficción.. Eusebio fue conducido en un coche aparte hasta la misma pasarela de embarque del vuelo que tomó en el Aeropuerto Internacional de Maputo rumbo a Lisboa, para evitar ser visto por gente que no subiese al avión.
Nada más llegar a la capital portuguesa, el Benfica, que temía que el gran rival tratase de secuestrar a su joya, lo envió ipso facto a un apartado lugar del Algarve, donde estuvo diez días. Y aun en el caso de que las pesquisas del Sporting hubiesen sido lo bastante exhaustivas para comprobar las listas de huéspedes en los hoteles de la región más meridional del Portugal continental, no se habrían olido el percal: Eusebio estaba registrado con el nombre de… ¡Ruth Malosso!
A partir de ahí, ya todo fue más fácil para el gran Eusebio. Tanto, que en su primer entrenamiento ya se ganó el puesto para el primer equipo, a pesar de estar en un principio predestinado a jugar en el filial. La primera campaña en el equipo luso no pudo ser más afortunada. El equipo ganó la liga y la Copa de Europa al todopoderoso Barcelona en la mítica final de los cuatros postes de Berna.
Tal fue el brillo que en el Torneo Internacional de París, a pesar de perder el Benfica con el Santos de Pelé por un contundente 6-3, fue Eusebio la sensación al marcar un triplete delante del mismísimo O´Rei que le valió el titular en France Football de «Eusebio 3- Pelé 2».
Protagonista de la época gloriosa del Benfica
Fue ese el inicio de una época gloriosa con el Benfica, que volvería a tener otro punto estelar en la siguiente temporada, la 61-62, donde el equipo lisboeta repetía corona europea derrotando al Real Madrid por 5-3 con doblete de la Pantera. Los siguientes años consagraron el mito, que se retiraría quince años después del Benfica con 10 ligas portuguesas, 5 Copas y 2 Copas de Europa a sus espaldas. Todo ello, además de un Balón de oro (en el 65) y siete títulos de máximo artillero en la liga lusa. En total, la friolera de 317 goles en 301 partidos. Casi nada al aparato.
Estrella de la selección portuguesa en los 60-70
Con la selección, Eusebio también triunfo llevando a Portugal a las semifinales del Mundial de Inglaterra 66. Precisamente, su partido de cuartos de final contra Corea del Norte pasará a la historia de los anales del fútbol como uno de las hazañas más grandes jamás hechas por un futbolista. Con 0-3 en contra, Eusebio se tiró el equipo a las espaldas y logró anotar cuatro goles para terminar Portugal arrasando a Corea por 5-3.
Solo la anfitriona, Inglaterra, en semifinales sería capaz de acabar con los lusos (3-1), en un partido donde nuevamente Eusebio iba a marcar. Un encuentro que relegó a la Pantera a tener que luchar por el tercer puesto, que ganó a la URSS con otro tanto suyo. No obstante, su papel en el Mundial se saldó con el título de máximo goleador y de mejor jugador del torneo. Y la convicción de que Eusebio era el mejor jugador del mundo, muy por encima de Pelé.
Se retiró en 1978 y murió en los primeros días de enero de 2014
En 1975, con 33 años, Eusebio decidió dejar el fútbol de primer nivel y jugar en Norteamérica, primero en Estados Unidos y después en México para finalmente colgar las botas en 1978 con Las Vegas Quicksilver. Era el epílogo para uno de los más grandes de toda la historia. . Eusebio falleció un 5 de enero de 2014 cuando le quedaban 20 días para cumplir 72 años.