Última actualización 18 noviembre, 2022 por Alberto Llopis
Roberto Mancini y Mario Balotelli llegaron a las manos. Su enfrentamiento se trasladó al campo de entrenamiento del Manchester City durante la sesión del jueves, cuando estuvieron a punto de llegar a las manos. El técnico cogió de la camiseta al díscolo delantero tras una dura entrada de éste a un compañero, una imagen reproducida por los medios británicos que aumenta las especulaciones sobre la salida de ‘SuperMario’.
Entrenador y jugador vivieron un enfrentamiento de empujones y forcejeos y tuvieron que ser separados por otros miembros del cuerpo técnico. Esta última disputa acaba con la paciencia de un Mancini que lleva ‘intentando domar’ a Balotelli desde su pasado en común en el Inter de Milán.
Ya el pasado mes de abril y tras la expulsión del delantero frente al Arsenal, Mancini anunció que su trabajo con el delantero «había terminado». Un acto de indisciplina que le supuso una multa de 400.000 euros, equivalente a dos semanas de su sueldo, que el delantero aceptó hace dos semanas.
Esta temporada, Balotelli comenzó como uno más, pero agotó sus oportunidades en el derbi del pasado 9 de diciembre. El delantero italiano fue titular, pero el técnico decidió cambiarlo nada más comenzar la segunda parte por Tévez. «Cuando tienes a un jugador de esta calidad no se puede entender que tire su capacidad por la ventana. Esto es increíble», comentó Mancini tras la derrota en el United 2-3. Desde entonces, no ha vuelto a jugar.
No solo su actitud dentro del campo ha supuesto un problema para Balotelli, padre reciente de una niña, pues sus aventuras fuera del terreno de juego le han garantizado una presencia constante en los medios de comunicación británicos. El City le multó en marzo por acudir a un club de «striptease» un día antes de un partido de liga. Su currículum cuenta con otras muchas acciones controvertidas, como lanzar un dardo a un juvenil del Manchester City, incendiar su propia casa con fuegos artificiales o pisar la cabeza de un rival.
Balotelli llegó en 2010 al Manchester City por 29,5 millones de euros procedente del Inter de Milán, ciudad a la que podría volver para jugar con el AC Milan. Sin embargo, el presidente del Milan, Silvio Berlusconi, negó que el delantero, de 22 años, estuviera en sus planes en sus planes porque no le convence «como hombre».