Última actualización 8 diciembre, 2022 por Alberto Llopis
Una pregunta podría resumir a George Best: ¿ Qué prefieres: acostarte con una Miss Mundo, o marcar un gol al Liverpool? Y una respuesta nos daría la pista de como fue George Best: » he tenido la suerte de haber hecho ambas cosas». George Best fue un genio dentro y fuera de las canchas que solo entendió el fútbol como una diversión y nunca como una profesión o negocio. Y es que para Best, sus verdaderas inversiones siempre fueron» las mujeres y el alcohol, el resto fue malgastar».
Dicen los que lo conocieron que pudo haber sido el mejor futbolista de la historia, pues aunaba las mejores condiciones para jugar al fútbol. Tenía velocidad, por supuesto, regate y una imaginación fuera de lugar. Todo lo que un ser humano podía plantearse con una pelota en los pies, él podía desarrollarlo.
La vida de Best empezó en Belfast en 1945. A los 13 años ya hacía sus primeros pinitos en el Cregagh Boy´s Club de Belfast, aunque el verdadero estrellato lo alcanzó con el Manchester United, club al que llegó en 1963, con apenas 18 años y en plena reconstrucción tras el accidente aéreo del 58 y en el que permaneció hasta 1974. Con los «red devils», Best lograría desplegar su mejor fútbol y alcanzar dos ligas (65 y 67) y una Copa de Europa (68) que junto al Balón de Oro (también del 68) conforman lo mejor se su excelso palmarés.
Excéntrico y un filón para los medios de la época que les aseguraba titulares día sí también, el legado del Best futbolista en el United será recordado por partidos memorables, como los seis goles al Northampton en el 2-8 a favor del Manchester donde consiguió un doble hat-trick, por regates maravillosos o por su excelente disparo desde fuera del área. Una muestra de ellos, estuvo en la famosa exhibición que dio en Lisboa ante el Benfica de Eusebio en 1966, donde sus dos goles le sirvieron para ser denominado «el quinto Beattle» por la prensa portuguesa.
Genial, sería difícil saber hasta dónde hubiera llegado Best si no hubiera caído en tentaciones peligrosas. En su currículum figuran casi todos los galardones individuales posibles a ganar por un futbolista y a nivel de equipo casi todos los títulos posibles a conquistar. Cierto es que compartió vestuario con un mito como Charlton y que tenía una plantilla que le respaldaba siempre, pero no menos es que él raramente desentonaba en el rectángulo de juego.
Su único gran hándicap (mujeres y alcohol al margen) deportivo fue la selección. El hecho de pertenecer a una pequeña región como Irlanda del Norte le llevó a no poder disputar nunca encuentros en fases finales de Mundiales (estuvo a punto de ir convocado al Mundial 82 pero tenía ya 36 años y mucho castigo físico) o Eurocopas, prohibiéndose así la posibilidad de haberse enfrentado con el gran mito Pelé en un mismo terreno de juego.
No en cambio, con la selección inglesa, con la que se enfrentó en la British Home Championship y con la que consiguió anotar uno de sus goles más famosos al memorable Gordon Banks en 1971. Precisamente, en esa competición nunca encontró verdadero acomodo Best, quien siempre promulgó su amor por jugar todos bajo una misma bandera.
Adicto al alcohol y con graves problemas en el hígado desde entrado el nuevo milenio, George Best finalmente murió el de 2005, justo un día antes de que entrara en vigor Licensing Act 2003, un decreto que establecía grandes restricciones a la distribución y consumo de bebida alcohólica. Despedido con un funeral con honores de Estado, Best, siempre supo muy bien que quería.
Algunas frases célebres de George Best:
– «Tenía una casa en la costa, pero para llegar a ella había que pasar por un bar. Nunca llegué a ver el mar».
– «Si yo hubiese nacido feo, no habríais oído hablar de Pelé».
– «Mucha gente va diciendo por ahí que me he acostado con siete Miss Mundo, pero sólo han sido tres».
– «Cada vez que entró en un sitio, hay 70 personas que quieren invitarme a beber, y yo no sé decir que no».
– «Se dicen un montón de bobadas sobre defensas rudos y jugadores destructivos. Yo les llamo simplemente hijos de mala madre».
– «He dejado de beber, pero sólo cuando duermo».
– «Si perdía la pelota era un insulto personal y la quería recuperar. Sí señor, me fastidiaba mucho que me la quitaran, porque era mi pelota».
– «En 1969 dejé las mujeres y el alcohol. Fueron los peores veinte minutos de mi vida».
– «Me gasté la mayor parte de mi fortuna en mujeres, alcohol y coches deportivos. El resto lo desperdicié».
– «Nunca salía por la mañana con la intención de emborracharme, sólo sucedía».
– «Hace unos años dije que si me daban a elegir entre marcar un golazo al Liverpool o acostarme con Miss Mundo, iba a tener una difícil elección. Afortunadamente, he tenido la oportunidad de hacer ambas cosas».
– «Antes, Robert Redford era un tipo muy atractivo. Ahora mírale, está flojo, tiene la piel colgando y de un color muy extraño».
– «No le pega con la izquierda, no cabecea, no defiende y no marca muchos goles. Aparte de eso, está bien». (Opinando sobre David Beckham).
– «No me llega ni a los cordones de la botella». (Sobre Paul Gascoigne)