Última actualización 13 diciembre, 2022 por Alberto Llopis
Ya fallecido a los 83 años de edad un 25 de agosto de 2013, hablar de Gilmar es hablar posiblemente de uno de los mejores porteros de la historia de Brasil, sino el que más. En una tierra poco propicia a que un futbolista prefiera atajar con las manos antes que utilizar con los pies, Gylmar Dos Santos Neves fue considerado por muchos de los expertos del balompié un verdadero maestro de los tres palos y una rara avis en su tierra .
Y es que nacido en Santos en 1921, sus más de 100 encuentros como internacional y su concurso en tres Mundiales, dos de los cuales ganó (1958 y 1962), le atestiguan como posiblemente el mejor arquero brasileño de la historia, quizás incluso por delante de nombres ilustres como Leão, Carlos, Taffarel, Dida, Marcos, Rogério Ceni, Júlio César, Gomes, o los grandes Barbosa y Manga.
No fue Gilmar una persona muy estruendosa, de grandes paradas ni de gestos que se perpetúan en el tiempo. Más bien todo lo contrario. Un portero y una persona sobria, que combinaba elegancia con efectividad de igual manera. Nunca era el héroe, pero tampoco el villano y siendo portero la frase adquiere una dimensión más grande e importante de lo habitual.
Al margen de la selección, con la que se retiró en 1969, (un año antes del Mundial 70), fueron dos los clubes en los que desarrolló la mayor parte de su larga carrera: el Corinthians y el Santos. En el equipo paulista llegó en 1951 con apenas 21 años y conquistó tres campeonatos estatales y la Pequeña Copa del Mundo antes de que empezara a tener problemas con la directiva, que le acusaba de fingir lesiones pese a acumular más de 486 encuentros con el club de Sao Paulo. Motivo por el cual justamente en 1961 saldría totalmente decepcionado fichando por el Santos.
Sin embargo, paradojas de la vida iba a ser en el gran Santos donde iba a vivir los mejores momentos de su vida deportiva. Coincidiendo con estrellas como Pelé, Coutinho, Zito o Pepe saldría campeón de 5 Campeonatos Estatales de San Pablo (1962, 64, 65, 67, 68), 4 Torneos Nacionales (1962, 63, 64, 65), 2 Copa Libertadores de América (1962 y 1963) y 2 Copas Intercontinentales, amén de confirmarse como el mejor portero de Brasil.
En 1969, con 39 años, el «Girafa» (no con j) como así le llamaban sus amigos abandonaba el fútbol. Era el epílogo final para un portero que luego fue nombrado por la IFFHS mejor portero del siglo XX de Brasil y sobre todo, el «portero de Pelé». Y es que su herencia, permanece en los actuales porteros brasileños.