Última actualización 6 diciembre, 2024 por Alberto Llopis
Hablar de Leonel Pilipauskas puede evocar una serie de imágenes que poco tienen que ver con la realidad. Con un apellido que suena más relacionado con un fornido atleta de deportes como el baloncesto o el balonmano, o incluso como el líder de una peligrosa banda del este de Europa, Pilipauskas es, en realidad, un futbolista uruguayo que pasó fugazmente por el Atlético de Madrid.
Su estancia en el club colchonero no fue precisamente memorable, y para muchos aficionados, su nombre junto el de otros futbolistas que coincidieron con él, evoca uno de los capítulos más oscuros en la historia rojiblanca.
El paso de Pilipauskas por el Atlético de Madrid
La aportación de Pilipauskas al Atlético fue más anecdótica que significativa. Durante su única temporada en el club, disputó solo cuatro partidos oficiales. Lo más llamativo de su estadística es que el Atlético perdió cada uno de esos encuentros, lo que significa que Pilipauskas no llegó a saborear una sola victoria vistiendo la camiseta rojiblanca.
El Atlético de Madrid terminó esa fatídica temporada descendiendo a la Segunda División, y aunque sería injusto señalar a Pilipauskas como el principal culpable ya que nadie dio la talla, si es cierto que su desempeño no ayudó tampoco a evitar el desastre. El descenso del año 2000 marcó uno de los momentos más bajos en la historia del Atlético de Madrid, y su nula aportación precipitó la salida del jugador al final de la campaña.
Al finalizar la temporada 1999-2000, el Atlético de Madrid decidió prescindir de los servicios de Leonel Pilipauskas debido a su escaso desempeño y a la necesidad de reestructurar el equipo para intentar ascender nuevamente a la Primera División. Pilipauskas regresó a Uruguay y, posteriormente, tuvo breves pasos por clubes en Argentina, aunque nunca logró dejar una huella significativa en su carrera posterior.
Tras su fracaso en España, Pilipauskas continuó su carrera en el fútbol sudamericano, pasando por equipos de Argentina y Uruguay. Aunque su rendimiento mejoró ligeramente en ligas de menor exigencia, nunca llegó a destacar como un jugador importante. Para el Atlético de Madrid y sus aficionados, su paso quedó grabado como un ejemplo de los malos fichajes que contribuyeron a la crisis deportiva del equipo.
La participación de Pilipauskas en el descenso fue pues, mínima en términos de tiempo de juego, pero simbólica en cuanto a su rendimiento. Su presencia en el campo no logró influir positivamente en los resultados del equipo, y su falta de contribución significativa fue vista como un reflejo de la mala gestión deportiva del Atlético en ese periodo.
¿Un «Puff», un símbolo de un mal momento o ambas?
Aunque es fácil etiquetar a Leonel Pilipauskas como uno de los peores fichajes en la historia del Atlético de Madrid, su historia también refleja un periodo en el que el club tomó decisiones equivocadas a todos los niveles. Y que además se vio envuelto en problemas judiciales por los tejemanejes de Gil.
Su nombre, es uno más de muchos futbolista y que es un recordatorio de los tiempos difíciles que el Atlético supo superar para volver a la élite del fútbol español y volver a adquirir la etiqueta de ‘equipo grande’ de España.
Leonel Pilipauskas por otro lado, pasó al olvido futbolístico, pero su breve y desafortunada etapa en el Atlético de Madrid permanece como una anécdota en la historia del club. Un ejemplo más (que no el único) de cómo las malas decisiones pueden arrastrar incluso a instituciones tan grandes a los momentos más oscuros de su historia.